En las selecciones del mundo se mezclan tres grupos de jugadores: los referentes, los que están atravesando un buen momento en sus clubes y los de proyección. Teniendo en cuenta esos aspectos, creo que el DT del combinado nacional, en este caso, para enfrentar a Venezuela y a Brasil, acertó. La convocatoria es justa.
La Copa América de Chile en 2015 fue fundamental para tener el presente que vive nuestra selección. En ese entonces, Pékerman tenía su base y era prácticamente intocable. Es decir, sólo se cumplía el primer ítem de los mencionados en el párrafo anterior. A partir del flojo papel que se realizó, el entrenador cambió la fórmula de un equipo plagado de capos y empezó a contemplar otros nombres que en aquella época comenzaban a explotar y hoy son piezas clave.
Todos los que no nos ponemos la indumentaria oficial de la Selección en fechas de eliminatorias hablamos desde afuera. Ahí es donde Pékerman marca la diferencia a la hora de escoger a los llamados. Un ejemplo muy claro es Abel Aguilar. El volante juega poco en el Cali, pero cuando el camerino del Metropolitano de Barranquilla se pinta de amarillo, se convierte en una voz autorizada. Es un líder positivo que hay que tener. Radamel Falcao García, Cristian Zapata y Teófilo Gutiérrez son jugadores de ese corte que también hicieron falta cuando no estuvieron y el técnico nunca los perdió de su radar, en parte por esa característica.
Por mucho tiempo, varios nos vendamos los ojos con el fútbol asiático. Hoy, esa ceguera ya no existe. Incluso para el mismo Pékerman, lo que significa una gran noticia para Giovanni Moreno y para el país. Con él, la magia está de vuelta. El entrenador argentino le está reconociendo su buena actualidad sin importar a qué rival le marque goles y le tire túneles y sombreritos cada fin de semana. Eso sí, en detrimento de Juan Fernando Quintero, otro talentoso que podría ocupar su lugar.
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Lo mismo pasa con Yimmi Chará, figura y máximo artillero de Junior y de nuestra liga, y con el arquero Leandro Castellanos y el zaguero William Tesillo, ambos artífices de la solidez defensiva de Santa Fe este semestre. Los tres se ganaron a pulso los tiquetes a San Cristóbal y a Barranquilla.
Finalmente, aparecen los hombres de proyección, algunos con buen presente; otros, no tanto. Davinson Sánchez, Francisco Meza, Gustavo Cuéllar, Guillermo Celis, Miguel Ángel Borja y el que siempre revoluciona al país, Stefan Medina. Estos dos últimos, discutidos por muchos en esta ocasión.
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El llamado a Stefan es una ratificación de la confianza del seleccionador hacia un futbolista polivalente, que puede desempeñarse de lateral derecho o de defensa central cuando él lo requiera. Lo de Borja es una muestra de respaldo por lo que ha aportado en fechas pasadas con la tricolor, además de una manera de darle ánimo al sacarlo de un ambiente difícil de manejar en el que se ha convertido en el imán de las críticas por su falta de gol tras tanta expectativa cuando llegó a Palmeiras.
Con esta mezcla que armó Pékerman para esta doble jornada se vale soñar con cuatro puntos o, incluso, ¿por qué no? Con dos triunfos que nos motiven a comprar los abrigos que vamos a usar en Rusia.
Pd. 1: ¿En qué va lo de Franco Armani? Sería lejos el segundo arquero y una competencia exigente para David Ospina. La presencia de Camilo Vargas en la lista es llamativa.
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Pd. 2: A Deiver Machado hay que empezarlo a incluir. Es un lateral izquierdo con mucho futuro y ya está sumando minutos en Europa.
Pd. 3: Daniel Torres debe migrar hacia un equipo que le dé la continuidad necesaria para ser convocado. Es un hombre importante para la Selección.
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Twitter: @pabloriosg
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