El zaguero fue preguntado acerca de esa cuestión en la rueda de prensa del día después del clásico copero (1-1) y, aunque reiteró su denuncia, insistió en que no se trata de algo exclusivo del estadio madridista, sino que es una práctica extendida.
"No me planteé irme del campo, pero es molesto. Y no es que me refiera a este sitio puntualmente, normalmente vivo eso continuamente en todos los campos que voy. Se lucha y se intenta de todas formas que no haya eso en los campos, pero no se ha conseguido, porque sigue habiendo ese tipo de cosas", dijo Alves.
Bajo su punto de vista, "es una lástima, porque puedes caer mejor o peor a una afición, y hay momentos o calenturas del juego que ahí se quedan, pero la gente que va al campo tiene que disfrutar de su equipo, animarle e intentar ayudarle. Eso sobra. Pero infelizmente es una guerra perdida, porque hasta que no se tomen medidas más drásticas seguirá existiendo", señaló.
El defensa recordó que lleva diez años en España y "desde el primer año sigue habiendo estas cosas. La gente debe estar más al tanto de todo esto".
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En este sentido, consideró que "sancionar a un club con mil o dos mil euros, para clubes tan grandes, no es nada", sino que "hay que ir un poco más allá porque, si no, seguirá existiendo. A veces en el fútbol tienes que coger ejemplos, como en Inglaterra, que difícilmente pasa y, cuando ocurre, son medidas bastante drásticas".
Aún así, recalcó, en España la lucha contra los insultos racistas en el fútbol "es una guerra perdida, porque la educación en los campos no existe", y ha reiterado que el Santiago Bernabéu "no es de los más, ha habido otros peores".
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"Como dije antes, no quiero puntualizar ahí. Es en España en general, y ha pasado ya desde que estaba en el Sevilla. No es solo en ese campo, pero mientras no se tomen medidas más incisivas y duras no cambiará. Si no ha cambiado en diez años, no cambiará en el once", concluyó el jugador brasileño.