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Diario del Mundial: Brasil 3, Croacia 1, Dilma 0

"¿Vocé árabe?". Van cuatro veces en dos semanas que me preguntan lo mismo en las calles de Sao Paulo y ya estoy reflexionando sobre si quitarme la barba o no. Esta vez el escenario era un vagón del Metro, justo saliendo del Itaquerao en donde miles de brasileños iban ligeramente alicorados gracias a la venta de la cerveza socia de la FIFA en el estadio pero, sobre todo, gracias al sufrido triunfo sobre Croacia en la primera cita de esta Copa del Mundo. Los ojos rojos y perdidos de mi interlocutora la denunciaban casi tanto como la colección de vasos de Brahma que llevaba en su mano (edición especial del Mundial, cada vaso es conmemorativo del partido en que se usó), pero sobre todo la denunciaba el decirme que quería hablar en inglés -aunque yo le dije que era de Colombia-, porque quería practicarlo con "un árabe", y en el trayecto sólo me habló de política y de lo corrupto que era el PT (el partido de gobierno). En fin... El balance del partido no fue bueno ni para ella, ni para los demás pasajeros de ese tren rumbo a Sé, pero todos decían lo mismo: "lo importante es que ganamos". Y sí, fue un 3-1 con Neymar convertido en ídolo por su doblete, aunque la verdad creo que es a Julio César y a Oscar a los que deberían corearles el nombre, pues Croacia encerró a Brasil en el segundo tiempo y sólo las atajadas del primero permitieron que el segundo marcara el gol definitivo. Eso sí, lo más curioso es que apenas Neymar anotó el penal (bueno, eso dijo Nishimura, quien descaradamente sacó a Brasil del problema de ir empatando en el primer partido de su Mundial, ese que le costó a los brasileños US$15.000 millones gracias a un derroche de corrupción nunca antes visto), todas las tribunas del Arena Corinthians se dieron vuelta para recordarle a Dilma Rousseff, presidenta del país, que se van a gozar esto pero que no le van a perdonar botar tanta plata. "¡Hey, Dilma vai tomar no cú!", gritó el estadio repetidas veces mientras los asistentes quedábamos atónitos. Esta es la hora en que no sé si la transmisión oficial de la FIFA mostró esto, pero apostaría a que no. Si no mostró el emotivo y anunciado saque inicial del parapléjico que pudo caminar gracias a un traje robótico, mucho menos se iba a meter en política, algo que de por sí evita la FIFA a toda costa. Tanto así, que este es el primer Mundial en el que no hubo discurso de apertura. Sí, salieron esos árboles que caminaban y esas flores que bailaban, luego salió J Lo con la chusca de la Leite y el lobazo del Pitbull,y luego el fútbol. Por primera vez no hablaron un representante del gobierno del país anfitrión ni el presidente de la FIFA, pues tanto en un lado como en el otro querían evitar chiflidos y señalamientos por haber hecho el Mundial más caro de la historia, cuya inauguración se realizó en un estadio que todavía tenía partes en obra gris, aunque costó más de US$300 millones. "¡Hey, Dilma vai tomar no cú!", siguió gritando la gente mientras salía en un río de camisetas amarillas con algunas franjas de otros colores rumbo al Metro o el tren. La mayoría de ellos se enteraría hasta esta mañana, seguramente con el guayabo que dan los litros de cerveza, que mientras asistían con esperanzas al estadio, miles de sus compatriotas protagonizaban protestas contra el gobierno y la organización del Mundial, las cuales terminaron incluso con heridos . El Metro paró en la estación Carrao, la misma que en mi trayecto de la mañana estaba llena de policías y en la que el tren de ida no se había detenido pues allí iba a comenzar la manifestación que terminó con embestida de la policía y dos colegas de CNN heridas. Sin embargo, a esa hora, las 8 pm, todo parecía en calma. Una calma chicha, dirían los familiares de mi abuela en Santander, pues a pesar de la fiesta del fútbol el malestar sigue ahí, las elecciones son el 5 de octubre y, como me lo dijo en un inglés chapucero una compañera de viaje de mi alicorada interlocutora, por supuesto también con varias cervezas encima y tras aclararme que ella no hablaba árabe, "si ganamos el triunfo es de los jugadores y del pueblo, no de Dilma ni del PT: ¡vai tomar no cú!!". Sí, tal vez deba hacer algo con la barba... Noticias mundialistas desde Sao Paulo en Twitter en @PinoCalad  

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