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El fútbol del Cali

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Está hecho, con Deportivo Cali ya pasamos la mitad del campeonato. Llevamos once fechas en las que hemos logrado sumar 16 puntos de 33 posibles para un rendimiento del 48,5% mientras el líder, con un partido menos, presume y con razón de un rendimiento del 86,7%. Las comparaciones son odiosas, pero hay que hacerlas.

Surge entonces la duda recurrente: ¿Es el Deportivo Cali un equipo irregular? Mirá que esta vez creo que no pasa por ahí, el equipo sostiene una regularidad desde el inicio: juega igual de feo, salvo el chispazo aquel contra el Huila en El Pascual y algo del duelo con Atlético por la Copa Águila, de resto, regularidad plena.

Al fútbol que muestra el Cali, ahora de Cárdenas y Pautasso antes de Yepes, lo he calificado como feo, tibio, mezquino, pobre, desordenado, sin ideas, reprimido, impreciso, desmotivado, frío, sin liderazgo y falto de temperamento (excepto en el clásico donde desde la tribuna hicimos lo que en el campo se debía: meterla toda). No recuerdo, salvo un rato en máximo uno o dos juegos, haber dicho “qué lindo que se juega”, “qué bien planteado el partido”, “lo ganamos desde el bus con esa idea táctica y esa entrega”, no, no lo he dicho a pesar que, raro, seguimos con el “Vamos por la décima” porque todavía vamos, ¿verdad?

El pasado domingo en Bucaramanga y ante el equipo de Pecoso el Deportivo Cali tuvo un primer tiempo memorable, por aquello que no podés olvidarlo para no repetirlo nunca y un segundo tiempo en donde se le notó otro aire, más bríos y pudo, de no ser por el egoísmo de Lloreda, traerse a casa no un punto sino tres.

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Por Liga Águila, desde la partida de Mario Alberto, llevamos una victoria y tres empates con un solo juego de visitante, que no es un dato menor. Es decir, la mitad de los puntos que sí, obvio, sirven para ir sumando de cara a la entrada a los ocho pero, ¿sirven como soporte al discurso de ir por un logro mayor? o, ¿justifican la apuesta hecha con el profe Héctor con esa nomina?

Pues hasta ahora, el tiempo dirá otra cosa para afirmar o corregir, no se ve nada diferente a breves instantes de claridad en el campo, una o dos jugadas seguidas de mucha, mucha preocupación.

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Quizá, ojalá, las jornadas de entrenamiento y todo aquello que hablan en las ruedas de prensa se empiecen a notar en el campo y tengamos un fútbol seguro en defensa, aplicado en marca, vertical, de presión y control, práctico además de contundente como queremos ver.

Para no formar parte de la prensa que sólo encuentra contenido en lo malo hablemos de lo que podemos destacar y en ese caso debemos resaltar el nivel de Nicolás Benedetti quien lo ha sostenido cada vez que tuvo la oportunidad de entrar al campo. Hablemos de lo que han levantado Ángulo y Orejuela, así como de la presencia vital de Rosero y hablemos de lo que hizo Murillo ante los leopardos, gran partido el de Miguel. ¿Y los otros?

Sigo, sé que van pocas fechas como DT en propiedad más no en el equipo, sin encontrar en la dupla Cárdenas-Pautasso algo que me permita apostar, con seguridad, por la décima. Sigo en incertidumbre porque a pesar del trabajo hecho, sigo notando los mismos vacíos deportivos de antes, la misma falta de juego de siempre y las desatenciones habituales. Ya sé, ¿qué puede hacer el DT si el jugador se equivoca? Hay, por si no lo habían pensado, una herramienta que se llama “meritocracia” y es poner al que mejor éste de la plantilla y no al que tenga mejor cartel, fama o fanaticada. Simple, si quieren la décima deben aceptarlo y como equipo apoyarse hasta que todos estén al nivel que la institución exige de sus profesionales.

Rionegro, Tolima y América, en partido adelantado, son los tres siguientes enfrentamientos que tiene el Deportivo Cali por Liga considerando que contra las Águilas será el único de los tres en el Estadio Deportivo Cali. Hay que sumar, como sea (ojalá jugando bonito), los tres en casa y un par más por fuera, el tiempo no da espera.

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Ve, ¡qué lindo es hablar de fútbol!, deberíamos hacerlo más seguido, pero no, lástima, a cierta parte de la prensa deportiva caleña le gusta más tratar temas de la “farándula” del equipo y arman, incentivados por quién sabe qué motivo o persona, un montón de “dimes y diretes que, en vez de nutrir el debate, lo que hacen es alejarlo de la realidad. No los culpo, una parte amplia de la hinchada prefiere ver los barcos arder antes de proponer un nuevo rumbo y eso, ese morbo, esa patanería, ese odio es lo que nutre a estos comunicadores.

¿Qué buscarán?  Las veces que he preguntado nunca recibí una respuesta, solo acusaciones sin pruebas y bloqueos en las redes sociales. No sé, ¿será por lo que es año hay elecciones y eso les aumenta la creatividad y el servilismo? Amanecerá y veremos.

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De cualquier forma, volviendo al fútbol que es lo que cuenta, al Cali le falta dar un golpe en la cancha, un partido en donde se juegue y comente el primer y segundo tiempo por igual, un encuentro en donde no brille uno o dos jugadores sino todo el plantel y su DT nos empiece a dar confianza, por lo menos a mí.

Esperar a que los muchachos entiendan que están en un lugar donde muchos quieren estar, sueñan estar e incluso añoran volver: El Deportivo Cali y que esto de “Glorioso” no se lo ganó el club en un bingo o le salió en una ancheta, no, se lo ganó, nos lo ganamos, con lo que mejor sabemos hacer: jugar bien, muy bien al fútbol. Debemos honrar eso.

Vamos Cali, vamos por la décima cada día, todos los días.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

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