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El peor horario del fútbol colombiano

Salir de un estadio a las 10:30 p.m. en nuestro país puede ser muy peligroso. No sólo por esos hinchas-maleantes que se quedan en los alrededores buscando peleas bajo sustancias alucinógenas o etílicas, sino por los atracadores que, por desgracia, nunca faltan en las calles. A los partidos del miércoles en la noche ya nos hemos acostumbrado, pero no tanto a los del viernes y el sábado bajo la luna. Así seguimos. Por la cuarta fecha del torneo, el viernes 6 de agosto, jugaron La Equidad y Once Caldas desde las 7:30 p.m. Y el sábado lo hicieron Nacional y Quindío a partir de las 8:30 p.m. Hay algo positivo en desmoronar el horario de cada jornada para que la gente tenga posibilidades de ver varios encuentros por televisión o en los estadios. Se puede hablar de la democratización del fútbol y del esfuerzo por hacerle llegar a los aficionados las acciones de la pelota. Asimismo, de la posibilidad de negocio para quienes comercializan con los derechos del torneo. Antes no era así y la oferta en número de encuentros que se transmitía por TV era pobre. El cambio, el avance, porque de hecho lo es, tiene sus beneficios. A los equipos, incluso, les llega un dinero adicional cuando les pasan por la pantalla sus juegos. A pesar de esto, hay que pensar en lo tedioso que resulta un partido de poca monta un viernes en la noche o los que en ocasiones se programan muy tarde los sábados, cuando para muchos es más agradable disfrutar de otros quehaceres o simplemente permanecer guardados en casa. En España causó reticencia que se haya aprobado la sola programación de encuentros de Primera División los lunes y los de Segunda los viernes, contando efectivamente que ya hay juegos para todos los fines de semana, más los de los martes, miércoles y jueves por competiciones europeas o por Copa del Rey. Aquí es igual pero con la Libertadores, la Sudamericana y la Copa Colombia. A propósito del caos, Marca publicó el 31 de enero: “Estamos provocando que la gente acabe desapareciendo, poco a poco, de los estadios”. “Esta iniciativa crea una saturación muy negativa que acabará matando la gallina de los huevos de oro”. La desparramada programación del torneo colombiano aleja a las personas de la cancha. No tenemos cuatro partidos realmente atractivos por fecha para transmitir cinco de viernes a domingo en horarios inadecuados. Si el debate sucedió en una de las ligas más poderosas del mundo, qué será de nosotros que callamos. El séptimo día es el mejor para el fútbol. Y si bien no todas las contiendas pueden ser ya a la misma hora y el mismo día, no estaría mal buscar más la luz natural para jugar en Colombia. De noche asustan más los ladrones.  

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