Las palabras del argentino no se oyeron simplemente sino que de verdad se escucharon . Las frases pronunciadas marcaron las ideas de los presentes en el salón Torre de Oro del hotel Cosmos y de los de miles de aficionados que siguieron, casi con fe, una exposición que marcó el nuevo paso de nuestra historia futbolística. Son válidas, sin embargo, reservas frente a tanto entusiasmo. A pesar de la esperanza que nace con el mensaje enviado por un entrenador experimentado, Colombia ya debe de haber aprendido que del optimismo facilista caemos al abismo sin éxito de por medio. El más animado de los últimos tiempos, Javier Álvarez, tuvo que dejar, por ejemplo, la selección después de la famosa goleada 0-9 frente a Brasil. Y si hay quienes aplauden hoy en día la claridad y coherencia en el mensaje de Pekerman, en nuestro país ya tuvimos símiles de personaje llenos de frases, como Francisco Maturana y Carlos Salvador Bilardo. El nuevo técnico de Colombia no es hablador o dicharachero y, en cambio, goza de credibilidad . Tiene 62 años, su hoja de vida refiere a trofeos y piensa para hablar, lo cual muchos evitan antes de llegar a esa sabiduría que entregan los años. Pekerman, además, nos ha pedido optimismo y que tratemos de olvidar los errores del pasado. Aseguró, en un resumen de lo que será su labor, que exigirá disciplina, esfuerzo y actitud para mejorar el equipo en pro de los buenos resultados. Todo eso está muy bien, así como que nos haga creer en su proyecto. De eso se trata al final de cuentas, de ilusionarse siempre con un mejor mañana. Pero eso es diferente a convencerse de que despejó misterios cuando simplemente dijo lo que se debe hacer. Tal vez, los aplausos se cuenten en nuestra pequeña órbita futbolística porque estamos acostumbrados a malas gestiones e improvisaciones. Se debe ser justo con el pasado y no vivir de los recuerdos. El presente nos dice que tenemos que dejar de hablar de lo que hicieron mal y bien Leonel Álvarez y Bolillo Gómez y apoyar, aunque no con fe ciega, el proyecto y proceso de Pekerman. Hay un buen equipo de trabajo, jugadores con calidad suficiente para pelear la clasificación al Mundial, cuatro puntos en la tabla, un amistoso contra México, el 29 de febrero, y la necesidad imperiosa de sumar contra Ecuador y Perú en las próximas fechas Eliminatorias. El trabajo que resta es extenuante, pero está comprobado que los éxitos pocas veces surgen del azar. Pekerman no respondió todavía la verdadera evaluación que le tenemos los colombianos, la cual es sobre lo que pase en la cancha y no en una conferencia de prensa. Esperemos que Pekerman sí tenga el tiempo que otros no gozaron para sacarnos de nuevo una sonrisa. Con todo el corazón del hincha y del periodista, deseo que sea de esa manera. En Twitter: @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:44 p. m.