En palabras del presidente, Joseph Blatter, las medidas pretenden garantizar "la gobernabilidad, la transparencia y la tolerancia cero frente a las infracciones", después de las acusaciones de corrupción tras la elección de los mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022 y las que salpicaron la última reelección del presidente en junio de 2011.
En concreto la FIFA quiere fortalecer su Comisión de Ética, que estará formada por un órgano de investigación y otro de decisión, y dar mayor poder a la Comisión de Auditoría y Conformidad, a cuyo cargo se debe ratificar al italosuizo Domenico Scala.
Los dos presidentes de la Comisión de Ética, que supervisará los nombramientos de los futuros miembros de la FIFA, serán nombrados en la próxima sesión del Comité Ejecutivo la primera semana de julio en Zúrich, donde también se aprobará el nuevo código ético.
En estas reformas, que se completarán en 2013, ha colaborado el profesor suizo de derecho Mark Pieth, presidente de la Comisión Independiente de Gobernabilidad de la FIFA, que ha propuesto el nombramiento de Scala.
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Aun así, la ONG de lucha contra la corrupción de Transparencia Internacional, criticó lo insuficiente de las reformas y la falta de empeño en investigar denuncias anteriores y en abril el Consejo de Europa instó a la FIFA a abrir una investigación interna sobre los escándalos en los que se ha visto envuelta los últimos años.
El Congreso, que terminará el viernes, también invitará a Lydia Nsekera, presidenta de la Asociación de Fútbol de Burundi, a formar parte de su Comité Ejecutivo.
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Nsekera estará un año en el Ejecutivo hasta que en 2013, con los nuevos estatutos, pueda ser ya elegida una representante femenina para un mandato de cuatro años como el resto de sus integrantes.
"El fútbol es un deporte para hombres y mujeres y, por eso, es fundamental que haya una voz femenina en el comité", declaró Blatter, de 76 años, antes del congreso.
La posible limitación de los mandatos presidenciales a ocho años y de la edad de los miembros de la FIFA -a un máximo de 72 años- pueden ser tratados en Budapest, aunque no se votarán.
En el Congreso también se espera la admisión de Sudán del Sur como el miembro 209 de la FIFA y reforzar la prohibición de recurrir a tribunales ordinarios para dirimir querellas internas, como sucedió en 2011 con el club suizo Sion.
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Es posible que también se discuta la introducción de tecnología para decidir sobre jugadas polémicas, como los "goles fantasma", pero la decisión al respecto no se tomará hasta principios de julio en la reunión de la International Football Association Board (IFAB), responsable de elaborar las reglas del juego.
Al margen de la celebración del Congreso, la Confederación Norte Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf) elegirá a Jeffrey Webb, un banquero del paraíso fiscal de Islas Caimán, como presidente, en sustitución de Jack Warner, de Trinidad y Tobago.
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Warner renunció por acusaciones de corrupción, pero antes fue suspendido provisionalmente tras publicar un correo del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, en el que éste sugería que Catar "compró" la organización del Mundial de 2022.
Este jueves también se celebrará la segunda jornada del Comité Médico de la FIFA, la única abierta al público, con sesiones dedicadas a la lucha contra el dopaje y, especialmente, a las medidas para evitar la muerte súbita de jugadores por fallos cardiacos.