Están ‘el Tigre’ Falcao García, ‘el Búfalo’ Duván Zapata y ‘el Zorro” Miguel Borja. Todos son competitivos en el eje central de ataque de la Selección Colombia de mayores, que alista su participación en el Mundial de Rusia 2018.
Cada quien a su manera: demoledores, felinos, invasivos, dañinos, como remate a la inspiración de James Rodríguez en la construcción de las jugadas.
También están Carlos ‘la Roca’ Sánchez y Davinson Sánchez.
Y, aunque en observación por sus vacilaciones, están David Ospina y Yerry Mina, afectados por la falta de actividad.
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Hay columna vertebral en el seleccionado.
Los conceptos se han afinado y las pocas dudas para el relleno, pasan por una o dos posiciones. Santiago Arias es regular y firme. Juan Guillermo Cuadrado, de regreso, con la garantía de su gambeta que, constructiva y en momentos críticos, es gracia divina indescartable para el entrenador José Pékerman.
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Luis Fernando Muriel cuenta y da una polifuncionalidad ofensiva. ¡Cuánto ha evolucionado!
Mateus Uribe se convierte en base fundamental del juego en zona media. Johan Mojica tiene un centro teledirigido e influye en defensa y ataque y es competencia directa para Frank Fabra, quien para el técnico es el titular.
Jefferson Lerma es un pistón con ida y vuelta que da equilibrio, como pieza de relevo influyente por su versatilidad.
Ha fortalecido Colombia sus argumentos técnicos, especialmente en velocidad colectiva. En sus repliegues es rápido, y cuando se compacta, reduce espacios de acción a los rivales. Al despliegue, esos espacios los explota con toques. Hay tenencia de pelota, determinante en el dominio.
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Carlos Bacca no se ha borrado. Sigue siendo alternativa y todo depende de los dos meses restantes antes del Mundial. Será nerviosa la espera para él, para Yimmi Chara, José Heriberto Izquierdo y José Fernando Cuadrado, el arquero.
Abel Aguilar es el capricho, o la cábala. Wilmar Barrios es la hormiguita de marca.
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Lento se ve a Giovanni Moreno y sin físico a Juan Fernando Quintero.
Edwin Cardona también es pausado, pero ejecuta maniobras con calidad. Mimado del técnico porque encaja en sus planes y porque en la clasificación fue arma mortífera para ganar puntos y partidos al final.
Tenemos, con la Selección Colombia, el primer título a favor: Somos campeones del optimismo, sin fantasear.
Es un equipo distinto a aquel que en la Eliminatoria Suramericana caminaba sin rumbo. Para mejorar, la precisión en contragolpes. Presión sostenida y colectiva. Pase con control en el área. Ajustes defensivos y población agresiva de volantes con ocupación de espacios, en zonas creativas del rival como lo hizo Mateus en el juego contra Francia.
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