"España es el mejor equipo del mundo. ¿Quién puede ganarles? Son puro talento. Se ve que cuando juegan disfrutan al máximo", dijo Hleb, quien regresó recientemente al BATE bielorruso, equipo revelación de la Liga de Campeones.
Hleb, cuya selección perdió los dos primeros partidos de clasificación ante Georgia (1-0) y Francia (3-1), cree que derrotar a la selección de Vicente del Bosque sería "irreal, un milagro".
"Los españoles tendrán el balón la mayor parte del tiempo y nosotros nos defenderemos. El empate sería muy bueno. La victoria, irreal, un milagro", dijo.
El futbolista de 31 años destaca que la selección bielorrusa está ahora "en reconstrucción. Ya no quedan veteranos, pero los jóvenes necesitan aún tiempo para madurar".
"No estamos parados. El fútbol bielorruso evoluciona, pero aún es complicado competir con otras selecciones europeas. Si salimos sin miedo, como en la segunda parte contra Francia, podemos llegar a jugar bien", indicó.
Además, está convencido de que como ocurre en España -con "los pequeñitos" -Xavi, Iniesta y Silva-, dos jugadores técnicos y desequilibrantes como él y el brasileño nacionalizado bielorruso, Renan Bressan, pueden jugar perfectamente juntos.
El punta, que debido a varias lesiones participó sólo en 19 partidos de liga con la camiseta blaugrana, tiene un grato recuerdo del equipo catalán y no le guarda rencor al entonces técnico barcelonista, Pep Guardiola.
"Creo que pude jugar más. Guardiola confió en otros futbolistas. Intentamos encontrar un lenguaje común. Ahora, me culpó más a mí mismo. Me enfadé con él. Me comporté como un niño. Ahora, me da rabia, pero así es el fútbol", dijo.
Hleb recuerda que la 2008-2009 fue la primera temporada de Guardiola al frente del equipo y que, aunque pudo hacer más por él, no tenía mucho margen de maniobra.
Reconoce que su técnico en el Arsenal, Arsene Wenger, "da más crédito a los jugadores, les da oportunidades continuamente".
En particular, el bielorruso conserva una gran admiración por Xavi, el cerebro del Barcelona y de la selección campeona del Mundo y de Europa.
"Xavi y también Iniesta ven el campo mejor que cualquier otro futbolista. Durante el entrenamiento a veces me paraba y sonreía viendo a Xavi. No cometía ningún fallo. Yo me preguntaba: '¿Cómo es posible?' Era un placer", señaló.
En su opinión, la clave del éxito de España es la confianza que futbolistas como Xavi, Iniesta y Busquets recibieron en los últimos años.
"Xavi ya era muy bueno antes, pero no siempre era titular. En cambio, Guardiola confió en ellos. Lo mismo pasó con Messi. Aunque España lo tendrá cada vez más difícil, ya que su esquema ya es muy conocido", dijo.
Durante su etapa en el Arsenal, Hleb tuvo una relación muy estrecha con Cesc Fábregas y aún se telefonean para felicitarse por sus cumpleaños.
Hleb, que no viste la camiseta nacional desde 2010, reconoce que en los últimos años la pasó mal debido a un calvario de lesiones que le llevaron a jugar en varios equipos en Alemania, Inglaterra y Rusia sin llegar nunca a brillar como antaño.
"Fue un período muy difícil, pero ahora todo va bien. Las lesiones están lejos. De nuevo disfruto del fútbol. He recuperado la confianza y me atrevo otra vez a hacer cosas con el balón. Fue mala suerte. Los especialistas nunca me dieron una explicación médica", dijo.
Recientemente, decidió regresar a su patria tras trece años de deambular por el mundo para ayudar al BATE Borísov en la Liga de Campeones.
"En cinco minutos llegamos a un acuerdo. El BATE progresa sin parar. Es un equipo con futbolistas que juegan juntos desde hace ya varios años. La directiva toma lo mejor de los clubes punteros de Europa", apuntó.
Hleb ya no se plantea grandes objetivos. Se conforma con que el BATE se clasifique para la segunda fase de la Liga de Campeones, algo que ya no es descabellado tras derrotar los dos primeros partidos al Lille (1-3) y al todopoderoso Bayern Múnich (3-1).
"Queremos obrar el milagro y pasar a las eliminatorias de la Liga de Campeones. El fútbol bielorruso necesita dinero y que los jugadores con talento que produce no emigren. Esa es la gran diferencia con Rusia y Ucrania", sentenció.