"El aumento de la cotización del dólar y el euro, y el incremento de la inflación influyen naturalmente en el coste de los estadios. Estamos hablando de un encarecimiento del 30-40 por ciento", dijo Mutkó, citado por medios locales.
Mutkó recordó que los contratos fueron firmados originalmente en dólares y que ahora "comprar esos dólares sale más caro", ya que hace un año la cotización era de 30 rublos frente a la divisa estadounidense y ahora es de más de 50.
En un intento de reducir los gastos, las autoridades han optado por pedir a las empresas constructoras que utilicen tecnología y materiales rusos, en vez de importarlos del exterior.
A principios de año, Mutkó anunció que Rusia recortaría en un 10 por ciento los gastos de los preparativos mundialistas, aunque matizó que esto no afectaría a las infraestructuras deportivas y de transporte.
En estos momentos, el presupuesto para el primer Mundial que se celebrarán en territorio ruso asciende a 664.100 millones de rublos (casi 10.000 millones de dólares).
La mitad de ese monto se dedicará a la construcción de infraestructuras de transporte -aeropuertos y carreteras-, y un tercio a la construcción de estadios y otras instalaciones deportivas.
A finales del pasado año, Mutkó ya reconoció que el comité organizador afronta déficit presupuestario para 2015, debido a la crisis económica que azota el país.
Mutkó aseguró que la prioridad para este año es celebrar al más alto nivel el sorteo de la fase de clasificación mundialista que se celebrará el 25 de julio de 2015 en el Palacio de Constantino en San Petersburgo.
Con todo, el presidente ruso, Vladímir Putin, garantizó que Rusia no renunciará en ningún caso a la organización del Mundial pese a que la economía entrará en recesión este año, según pronósticos del Gobierno y de las instituciones financieras internacionales.
"Este es un motivo más para el desarrollo de Rusia y en eso no da pena gastarse el dinero", subrayó.