Este martes, América de Cali consiguió un triunfo clave en su lucha por volver a la primera división colombiana. El Pascual Guerrero recibió un encuentro parco, en el cual un autogol del equipo visitante, al minuto 11 del encuentro, despojó a los locales de toda la presión con la que habían entrado al partido. Los ‘diablos rojos' cargaban con el peso de haber sido derrotados en el primer juego del cuadrangular. La caída, 1-0 frente a Quindío en Armenia, generó tensión en la hinchada ‘escarlata' que no esperaba otra cosa que no fuera una victoria en el juego frente a Popayán. Por eso, desde el minuto ocho de la primera mitad, comenzaron a bajar desde la tribuna un sinfín de silbidos, que, para fortuna de los locales, se acallaron con el fortuito autogol de Julio Figueroa.
La jugada que cambió el encuentro nació desde un cobro de costado de Juan Camilo Angulo. El lateral del América lanzó un centro tremendo, con efecto, que complicó al defensor de Popayán quien, al intentar despejar, terminó metiendo la pelota en su propio arco. Poco más de 10 minutos y los silbidos de la tribuna se transformaron en un gigantesco grito de gol. Los locales respiraban tranquilos.
Después del autogol, América de Cali entró en confianza, circuló el esférico de buena manera y comenzó a maniatar al cuadro payanes, que nunca terminó de reponerse.
Los ‘escarlatas' plasmaron su superioridad subiendo otro tanto al marcador y de nuevo la pelota parada fue clave. Brayan Angulo se avivó a la salida de un tiro de esquina y, mientras los jugadores de Popayán reclamaban una falta, recogió el balón al interior del área y habilitó con un centro preciso al Ernesto ‘El Tecla' Farías, quien sólo tuvo que empujar el balón a la red ante las protestas de los visitantes.
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Los de Universitario terminaron de complicarse el partido antes del final del primer tiempo. Jorge Enrique Vargas, quien había ingresado en el minuto 41, se hizo expulsar, por agresión, al 45'. Los payaneses perdían y tendrían que enfrentar el segundo tiempo con un hombre menos.
La segunda mitad fue un trámite, los ‘escarlatas' manejaron con calma el encuentro, descansaron con la pelota, dejaron correr el reloj sin precipitarse y evitando cualquier tipo de lesión o de tarjeta que pudiera afectar al equipo.
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Decisión inteligente, teniendo en cuenta que a los ‘diablos rojos' se les aproxima una doble fecha con Real Cartagena, abriendo en el Pascual y cerrando en el Jaime Morón, que será absolutamente decisiva para conseguir el ascenso.
Los payaneses, en cambio, iniciarán visitando al Quindío para después recibirlo en el Ciro López.