El gremio de futbolistas de Colombia rechazó este miércoles los insultos racistas contra el delantero de Independiente Santa FeHugo Rodallega, quien en la víspera denunció que hinchas de Gimnasia y Esgrima de Argentina lo llamaron "mono" y "negro".
El exinternacional colombiano, de 37 años, dijo al término del partido de Copa Sudamericana que recibió gritos ofensivos desde las gradas del estadio Juan Carmelo Zerillo de La Plata.
"Que te llamen mono, que te llamen negro, es una falta de respeto. Qué tristeza", se quejó al término del duelo, en el que su equipo por 1-0.
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La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) rechazó este miércoles "de forma contundente la agresiones con insultos racistas" hacia Rodallega y sus compañeros, tras un altercado en el que fue expulsado el jugador de Santa Fe Wilson Morelo, un delantero afrodescendiente, y el rival Felipe Sánchez.
El gremio, que reúne a futbolistas hombres y mujeres de primera y segunda división, exigió a la Conmebol "que se investiguen estos hechos y se apliquen sanciones ejemplares contra estos individuos que menoscaban la dignidad de las personas".
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El ente rector del fútbol sudamericano promueve campañas contra el racismo y anunció este miércoles que abrió una investigación.
Las directivas de Gimnasia y Esgrima repudiaron las agresiones y harán sus propias pesquisas, según el vicepresidente del club, Juan Pablo Arrien.
Las imágenes de televisión mostraron a Rodallega discutiendo y empujando al entrenador del "Lobo", Sebastián Romero.
"No mejoramos como humanidad, es un desastre lo que pasa en el mundo entero, una tristeza que vengamos aquí y pase esto. No digo que perdimos por la gente, pero el tema del racismo ya cansa", añadió el delantero visiblemente afectado.
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Autoridades del gobierno de Colombia y la federación local de fútbol no se han pronunciado.
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La denuncia de Rodallega coincide con la ola de reacciones que generó los insultos en Valencia contra el brasileño Vinicius Jr, de Real Madrid, en un duelo de la Liga española del fin de semana.
El jugador merengue se convirtió en los últimos días en un símbolo contra el racismo. Los cánticos en su contra han sido rechazados por sus colegas en todo el mundo, la ONU y el gobierno de Brasil.