Klaas-Jan Huntelaar vio la tarjeta roja en el minuto 85 del partido tras propinarse una patada por detrás a Manuel Schmiedebach, en una jugada en que no tenía mayores posibilidades de alcanzar la pelota.
Después, el delantero protestó vehementemente la decisión del árbitro y se llevó un dedo a la cabeza como indicándole que se había vuelto loco.
El Schalke anunció que interpondrá recurso para tratar de reducir la sanción contra el holandés.
Antes de que se conociera la decisión de la DFB, el director deportivo del Schalke, Horst Held, había manifestado su esperanza de que hubiera una sanción "normal" y había recordado que Huntelaar no es reincidente.