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Independiente Medellín afronta una nueva final del fútbol colombiano con la ilusión intacta y la convicción de que el trabajo previo puede marcar la diferencia. En la antesala del partido de vuelta de la Copa BetPlay 2025 frente a Atlético Nacional, Alejandro Restrepo analizó el momento del equipo, la exigencia del clásico y la importancia del componente mental en una serie que ha tenido múltiples capítulos a lo largo del año.
“Es un privilegio estar en una nueva final. Lo dejé claro en la rueda de prensa anterior: es un partido definitivo como club. Estamos muy contentos, muy felices”, señaló Restrepo, quien destacó el valor institucional que tiene disputar una definición ante el rival de patio y la responsabilidad que implica competir por un título.
El estratega explicó cómo ha sido la preparación del equipo para este compromiso decisivo, haciendo énfasis en el manejo de cargas y el análisis detallado del juego anterior. “Tener el tiempo suficiente para optimizar esos detalles, sin querer cargar a los jugadores en la parte física, es clave. En el análisis de video y en entender cómo el jugador vivió el partido anterior está una parte importante del trabajo. Estamos enfocados en esas pequeñas cosas que pueden ser determinantes y esperamos estar acertados en la toma de decisiones en la previa”, afirmó.
Restrepo fue claro al advertir que, pese a los antecedentes recientes, cada clásico tiene su propia historia. “Nunca hay un partido igual a otro; los contextos son diferentes. Es una final por la copa, un título muy importante que la gente está esperando y es la forma de cerrar un año en el cual hemos sido constantes”, explicó.
El duelo de este miércoles será el octavo enfrentamiento entre Medellín y Nacional en la temporada, una cifra poco habitual en el fútbol profesional. Para Restrepo, ese conocimiento mutuo no garantiza nada. “No es normal que en ninguna liga dos equipos se enfrenten tantas veces. Hay un conocimiento de lado y lado, pero los siete partidos anteriores fueron distintos, con aprendizajes para cada uno. Todo eso tiene que ver con la parte mental, que es un porcentaje muy alto, porque de ahí nace la seguridad para ejecutar el plan, con balón y sin balón”, analizó.
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Finalmente, resaltó el valor emocional de disputar este tipo de encuentros y la ambición de conquistar el título. “Es un privilegio sentir esa presión, la presión de lo bonito. Este deporte no sería igual sin esa rivalidad. Sabemos lo que es jugar finales y no creo que solo se jueguen: para ganarlas hay que tener un plan y saber ejecutarlo. Ojalá el fútbol, la unión y el liderazgo le permitan a Independiente Medellín gritar campeón”, concluyó.