"Si marco contra el Real Madrid, no celebraré mi gol porque, en el fondo de mi corazón, no he olvidado lo que viví en Madrid con la victoria de 'la Décima'. Es inolvidable. Un magnífico recuerdo que siempre guardaré conmigo", declaró en "Canal Football Club" la nueva estrella del PSG.
‘El fideo', por el que el PSG pagó 63 millones de euros al Manchester United, tenía la certeza de que el azar le haría medirse esta temporada con sus excompañeros.
Y el calendario ha confirmado sus presagios. Será el 21 de octubre en París y el 3 de noviembre en Madrid, en la fase de grupos de la Liga de Campeones, donde el PSG y el Real Madrid lideran la clasificación del grupo A con dos victorias en dos encuentros cada uno, por delante del Malmoe sueco y del Shakhtar Donetsk ucraniano.
"Me fui después de ganar la décima Liga de Campeones de la historia del club. Siempre aprecié el apoyo de los seguidores madrileños. En mi último partido antes de irme al Manchester United recibí una ovación del Bernabéu", recordó el de Rosario, de 27 años, que lució la camiseta blanca entre 2010 y 2014.
Después pasó por el United de Louis van Gaal, donde nunca llegó a encontrarse cómodo, hasta que el PSG de Zlatan Ibrahimovic, Javier Pastore y David Luiz le ofreció convertirse en su gran reclamo para asaltar el codiciado cielo europeo que se le resiste a un club que ha llenado su vestuario de estrellas.
"Desde mi llegada me di cuenta de la gran calidad de la plantilla y de la ambición del grupo. Con los jugadores que tenemos podemos ganar la Liga de Campeones", asegura el extremo, que hace dos temporadas rompió a llorar cuando el Real Madrid, en la prórroga, inclinó al Atlético de Madrid en la final de la Liga de Campeones en una noche en la que Di María fue elegido mejor jugador del partido.
El argentino no es la única atracción del duelo. Ibrahimovic y Ronaldo forman parte de la elite del fútbol moderno, del 'top', e intentan rivalizar, junto al argentino Leo Messi, cada uno a su manera es un genio, con su ego, con una fuerte personalidad, con su estilo propio, como ha quedado demostrado en más de once años de enfrentamientos entre sus equipos y selecciones. Quizá sea un momento de reivindicación, de exhibir el poderío.
Sin duda escribirán un nuevo capítulo en los encuentros que han mantenido en la última década, en los que ha habido de todo, sonrisas y lágrimas, si bien el luso ha salido, generalmente, mejor parado. No obstante, aún siendo importante, no será definitivo, como ocurrió en otras oportunidades.
Se vieron las caras por Champions el 11 de marzo de 2009, Cristiano conseguió uno de los dos tantos del United sobre el Inter de Jose Mourinho e Ibra (2-0), que clasificaron al cuadro inglés para los cuartos de final y dejaron en la cuneta al equipo italiano.
Sin embargo, a la siguiente oportunidad, el 29 de noviembre de 2009, ya con Ibrahimovic en el Barcelona y con Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, el sueco se tomó cumplida revancha al anotar un magnífico gol para darle el triunfo al cuadro azulgrana (1-0) en el clásico del fútbol español, con lo que además le arrebató el liderato.
A la temporada siguiente, con Ibrahimovic en el Milan, el Real Madrid ganó en el Bernabéu por 2-0 con goles de Cristiano Ronaldo y Mesut Ozil y empató en San Siro a dos, con lo que logró su clasificación para los octavos de final en un choque en el que el decisivo fue Pedro León.
Pero quizá el duelo más recordado entre ambos se debe remontar a la eliminatoria de repesca de clasificación para el Mundial de Brasil 2014, y ahí Cristiano Ronaldo fue el auténtico monarca.
Un gol suyo significó el 1-0 para Portugal en la ida, y en la vuelta protagonizó una auténtica exhibición con tres dianas que superaron a las dos de Ibrahimovic. El gran choque entre estas dos rutilantes estrellas se decantó del lado del luso, que dejó al mago nórdico sin Mundial.
El miércoles se vivirá un nuevo capítulo de esta ya larga rivalidad entre dos de las referencias del fútbol moderno, que, en poco tiempo además han hecho historia y se han convertido en los grandes goleadores de sus clubes.
No será un choque definitivo, pero entre el encuentro de París y el de Madrid debe definirse la suerte de su grupo de la Liga de Campeones. Cada uno a su manera buscará el protagonismo, y aunque el césped reunirá a otro importante ramillete de estrellas su luz, de partida, es la que brilla con más fuerza.
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