La temprana eliminación en el pasado Mundial ha sumido a la selección inglesa, o mejor dicho, a su entorno, en una profunda depresión, que supone el principal lastre de un equipo que dispone del talento y la juventud necesaria para un mayor optimismo.
La presencia de jugadores como Raheem Sterling y Jack Wilshere o los ausentes Luke Shaw, Ross Barkley o Daniel Sturridge, todos ellos lesionados, permiten vislumbrar un esperanzador porvenir para el equipo de los ‘tres leones'.
Al igual que el planteamiento dominador con el que arrancó el encuentro el conjunto de Roy Hodgson ante una Suiza a la que no le importó ceder la iniciativa del juego en espera de algún fallo del conjunto rival.
Una estrategia que a punto estuvo de dar resultado a los helvéticos a los 33 minutos de juego en un robo de balón de Xherdan Shaqiri que dejó mano a mano al exdelantero de la Real Sociedad Haris Seferovic con el portero inglés Joe Hart, que evitó el gol con una soberbia intervención con el pie derecho.
Ese susto no cambió el guión del conjunto inglés, que pudo ponerse con ventaja en el marcador en un mal centro desde la banda derecha de Danny Welbeck al que no llegó Sterling por poco y, sobre todo, en un remate de cabeza del central Phil Jones, que obligó a una espectacular intervención al meta suizo Yann Sommer.
Las ocasiones continuaron para los ingleses en el inicio de la segunda parte con una llegada de Wilshere, que remató desviado, y un disparo de Sterling que no supo aprovechar un buen centro desde la banda derecha de Jordan Henderson.
Una trepidante puesta en escena de los ingleses, que acabó por contagiar a los helvéticos, un cambio de planes que a la larga acabó por condenar a la derrota a una Suiza que no vence a los británicos desde hace ya 33 años.
Y eso que los locales dispusieron de una magnífica ocasión para adelantarse en el marcador a los 57 minutos con un potente disparo de Seferovic que repelió con una no menos excepcional intervención un Joe Hart, que aplacó en Basilea el eterno debate que siempre genera su titularidad.
Pero de lo que pudo ser el primer gol suizo se pasó en apenas un minuto al 0-1 para la selección de Inglaterra al culminar Danny Welbeck un fulgurante contragolpe trenzado por Wayne Rooney y Raheem Sterling.
El marcador adverso alimentó, todavía más, la ambición del conjunto helvético, que con la entrada del delantero Josip Drmic se hizo el claro dominador del tramo final del encuentro.
En la última media hora, Suiza dispuso del juego y sobre todo de las ocasiones, en especial una del recién ingresado Drmic, que tras sortear la salida de Hart se encontró con el cuerpo de un atentísimo Gary Cahill bajo palos, para hacerse acreedor del empate definitivo.
El empate no sólo no llegó, sino que Inglaterra logró aumentar su ventaja con un segundo gol ya en el tiempo de prolongación, obra de Welbeck, que firmó el definitivo 0-2 al resolver a la perfección un nuevo contraataque.
Ficha técnica:
Suiza: Sommer; Lichtsteiner, Djourou, Von Bergen, Rodriguez; Behrami, Inler, Xhaka (Dzemaili, m.74); Shaqiri, Seferovic y Mehmedi (Drmic, m.64).
Inglaterra: Hart; Stones, Jones (Jagielka, m.77), Cahill, Baines; Wilshere (Milner, m.73), Henderson, Delph; Sterling; Rooney (Lambert, m.90) y Welbeck
Goles: 0-1, m.58: Welbeck. 0-2, m.94: Welbeck
Árbitro: Cüneyt Cakir (TUR). Amonestó a Delph y Lambert por Inglaterra.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la primera jornada del grupo E de la fase de clasificación de la Eurocopa de Francia 2016 disputado en el estadio St. Jakob-Park de Basilea ante 35.000 espectadores.