De David Ospina dicen los ingleses que es mal portero, de la defensa critican su falta de sincronización en los centrales, del medio argumentan que carece de firmeza, de Quintero que es pequeño, de James que esta “tocado” y de Falcao, aunque le temen, no olvidan su paso sin éxito por Chelsea y Manchester.
Aunque minimizan a la Selección Colombia, condicionan sus ansias de victoria por la habilidad de los nuestros en la técnica colectiva, en los duelos personales, las combinaciones rápidas y los penaltis.
En las series desde el punto blanco, generalmente pierden. Por ello, disfrazan sus temores con proclamas de triunfo.
Son inventores del fútbol y creen que los partidos se ganan sin jugarlos, por historia o camiseta. No asistieron a los primeros mundiales porque ellos, tan aristocráticos, no se mezclaban con la plebe.
Publicidad
Con Inglaterra hay historia. En mundiales, la derrota de 1998, cuando nuestra selección perdió la cabeza. Fuera de ellos, en Wembley, su estadio oficial , cuando René Higuita hizo el escorpión, jugada de fantasía, reconocida como la mejor del futbol por perfección, acrobacia y osadía.
Allí mismo, Andrés Escobar, en el año de 1988, seis años antes de su muerte trágica, empató un partido, 1-1, con espectacular gol al estilo Yerry Mina, con la selección de ese entonces y dirigida por Francisco Maturana.
Publicidad
Son buenos, sin duda. Tienen oficio, con movimientos intimidantes de Kane, poder aéreo con Stone, influencia creativa con Allí, desbordes veloces con Sterling y Lingard y despliegue con Handerson y Trippier.
Pero no conforman un sólido bloque con plan de juego definido. Equipo técnico en ocasiones, pero también torpe cuando juega alterado, si el resultado no es amigo.
Jorge Luis Pinto los dominó y eliminó en Brasil, con la débil Costa Rica, después de dar un repaso táctico de categoría.
Sus tres leones, símbolo de su escudo, fueron, aquella vez, mansas palomas.
Publicidad
Son antecedentes para levantar el vuelo. Sin pensar en la lesión de James, en la estatura de los rivales, o en su riqueza histórica. Ganar es posible. La fiesta esta prendida...