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Jerarquía, la herramienta preferida de Nacional para sustentar la grandeza

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Lo afirmé cuando escribí el texto en el que reconocía la superioridad del Cali en el partido de ida en Palmaseca. Lo tenía claro al escribir que había que esperar el juego de vuelta, que las cosas en el Atanasio, con la hinchada, son muy distintas y que sabía de qué equipo soy hincha, más aún en finales. Afortunadamente esa fe, esa creencia en la reacción del equipo en los juegos de vuelta es algo que siente la mayoría de la hinchada verdolaga. El que conoce la historia del club, el que sabe de qué está curtida la piel de este escudo, el que conoce cómo es Atlético Nacional en el Atanasio, sabe que la final con un dos a cero en contra no estaba perdida. Y así fue.

Las derrotas no deben durar más de 24 horas en su duelo y así lo asimilaron los jugadores y el cuerpo técnico de Atlético Nacional. Desde el camerino, con las caras largas tras la floja presentación en Palmaseca, se dio inicio a la operación para remontar en el Atanasio y ser campeones. Y se dio con base en un factor que tiene por siempre este equipo: su jerarquía.

Este Nacional es un equipo nacional, hay jugadores de muchas regiones del país e incluso los paisas son minoría. Pero lo que han demostrado es algo que va más allá de la región y que se identifica 100% con los preceptos y características de la raza antioqueña: el superar las dificultades con entereza, berraquera, fe, fortaleza mental y física, solidaridad, confianza y efectividad. Ese coctel operó a la perfección para la definición del título. Y no solo funcionó en los jugadores, el cuerpo técnico y todo lo que es Nacional como institución, no, funcionó mejor en la hinchada. Es un capítulo aparte. Algunos obtusos que todo se lo toman literal y no conceden nada afirman que los hinchas no juegan, no influyen, no son un factor de desequilibrio. Pues bien, en Nacional su hinchada sí juega, sí influye, sí desequilibra.

Desde el momento en que doce mil personas asistieron al último entrenamiento del equipo antes de la final, desde el apoyo en redes, desde que se llenó el estadio dos horas antes, la hinchada le inyectó en el consciente, subconsciente y en cada célula de los jugadores un mensaje claro: “Acá estamos, tenemos la fe intacta, sabemos de qué estamos hechos. Daremos el 150 mil % en la tribuna, ustedes den el 100% en la cancha”. Y así se cumplió al pie de la letra.

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El Atanasio Girardot fue un escenario en donde fluyó una energía ganadora que redunda en potenciar la jerarquía del equipo. Cánticos, saltos, tifo, ruido, extintores, apoyo y más apoyo. Todo al son de un mensaje que a muchos les arde pero que en Nacional potencia y es una verdad a pulso: “Somos grandes, queremos ser siempre más grandes, somos los mejores, ganar es nuestro adn, nuestro mandamiento”.

Y así fue. Atlético Nacional se devoró al Cali, fue una aplanadora, se lo tragó mentalmente, en actitud y en fútbol. Cali no fue no fue ni la sombra y Nacional lo fue todo. Y con eso tuvo para hacer un gol y generar un par de opciones más, pero sucumbió. Fue un digno finalista.

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Fue un semestre duro para el verdolaga. Plagado de chismes, rumores, enemigos que no dan la cara que siempre quisieron desestabilizar. El equipo se movió en sus cimientos administrativos, la hinchada de nuevo cayó en algunas dudas pero nunca abandonó. Nuestros rivales, como es la costumbre, lloraron y lloraron en su quejadera. Todo en un mismo paquete. No fue fácil pero ahí salió la jerarquía, esa que está destinada para pocos. Si fuera un producto común, azules, rojos y demás la tendrían. Ellos nada que la encuentran.

Dayro, Macnelly, Matheus, Najera, Cuesta, Ibarguen y Armani. Ahí se sustentó gran parte del gran partido que nunca olvidaremos. Pero tampoco podemos olvidar que la nómina B y la C aportaron lo suyo para cabalgar el todos contra todos. Gracias a todos.

No quiero dedicar este texto a la posible partida de nuestro ídolo y entrenador, Reinaldo Rueda. Tampoco quiero hablar de la salida de jugadores. No, seguimos celebrando, ya durante la semana habrá espacio para ello. Eso sí, vienen tiempos en los que tenemos que mantener el temple, la paciencia y la confianza. Eso es jerarquía, es nuestra principal herramienta para sustentar nuestra grandeza. Por esos somos los más grandes de este país

¡Campeones de nuevo, con el alma lo digo! Gracias Atlético Nacional, gracias hinchada, gracias jerarquía.

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