El Barça no brilló, pero la puesta en escena del primer partido de Xavi Hernández en el banquillo explicó un cambio de forma de hacer y un incremento en el estado de ánimo del equipo azulgrana, que se vio confirmado con el triunfo por 1-0 ante el Espanyol en el Camp Nou con un gol de Memphis de Depay de penalti nada más empezar el segundo tiempo.
Si la era Guardiola se inició con una derrota por 1-0 ante el Numancia, la de Xavi lo ha hecho con un triunfo en un derbi barcelonés en el que hubo unos primeros indicios de lo que pretende hacer este Barça: dominar al rival con la posesión de la pelota, hacer una presión alta e incrementar la intensidad del juego.
La primera ocasión de gol del partido llegó con una volea de Memphis desde la frontal del área en el minuto 3 que Diego López atrapó sin demasiados apuros. El dominio del balón fue desde el principio completamente del Barça, que lo movió de un costado a otro ante un Espanyol cerrado, imponiendo la forma de entender el fútbol de Xavi, que fue coreado por el Camp Nou en varias ocasiones.
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Otro concepto que el conjunto azulgrana puso en práctica fue la presión alta, ejemplificada por Nico González en el minuto 15 al avanzarse a David López en la frontal del área del Espanyol a la hora de recibir un pase flojo de Diego López. Pero al canterano se le fue el balón demasiado largo y el portero blanquiazul pudo solventar la urgencia.
Xavi anunció una sorpresa en la rueda de prensa previa al partido y no mintió. El jugador del filial Ilias Akhomach fue escogido de inicio en el extremo derecho ante las múltiples bajas en ataque y así se convirtió en el décimo jugador más joven en debutar en la historia del Barça, con 17 años, 7 meses y 4 días. En el descanso fue sustituido por otro extremo del filial, Ez Abde, que ya había debutado ante el Celta de Vigo.
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En el otro costado del ataque los acompañó Gavi, también de 17 años, hacia quien cayó el peso del juego durante los primeros compases del encuentro, asociándose con un Jordi Alba especialmente ofensivo. El dueño del centro del campo fue otro joven, Nico González, que con su verticalidad llevó de cabeza a la muralla visitante, instaurada ante Diego López a causa del 79% de la posesión de la pelota que acumuló el Barça en el minuto 30.
Por su parte, el Espanyol intentó hacer daño mediante tímidos contraataques comandados por Sergi Darder, quien buscó las referencias de Raúl de Tomás y Embarba, dos islas que no consiguieron hacer daño a Ter Stegen hasta que el primero, justo antes del descanso, se deshizo de Mingueza en la banda izquierda y su disparo, que tocó en Piqué, hizo una parábola que a punto estuvo de sorprender por alto al portero alemán.
En el primer tiempo, el Barça no logró convertir su aplastante dominio en un peligro constante para el Espanyol. Su mejor ocasión fue un disparo de Sergio Busquets desde la frontal del área a la media hora de juego que desbarató Diego López.
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Pero todo cambió nada más iniciarse la segunda parte. Cuando aún no se había disputado el primer minuto de juego, Gavi filtró un balón dentro del área para Memphis, que, a juicio del árbitro, fue derribado por Cabrera cuando ya encaraba a Diego López. El mismo delantero neerlandés fue el encargado de transformar en gol el penalti, muy protestado por los jugadores del Espanyol, con un potente disparo.
El tanto cambió la dinámica del juego al obligar al Espanyol a avanzar líneas y eso lo aprovechó un valiente Ez Abde para generar peligro con su gran capacidad de desborde y su facilidad para encontrar la espalda de la defensa rival. Un excelente pase en profundidad de Busquets en el minuto 60 lo dejó solo ante Diego López, a quien superó picando el balón. Pero Pedrosa, muy atento, evitó el tanto en el último momento.
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En el minuto 67, el Espanyol por fin logró generar un contraataque peligroso. Raúl de Tomás fue más rápido que Piqué y Mingueza para lograr quedarse solo ante Ter Stegen, pero su tiro salió ligeramente desviado a la derecha de la portería.
Landry Dimata tuvo en su cabeza la mejor oportunidad del partido para el Espanyol en el minuto 83. Cuando los visitantes ya cantaban el empate, el delantero belga mandó su remate desde la frontal del área pequeña a la izquierda de un Ter Stegen que nada hubiese podido hacer si el balón hubiese ido entre los tres palos.
En la siguiente jugada, otro cabezazo, de Raúl de Tomás, lo repelió un poste.
A pesar de este asedio final blanquiazul, por decimocuarto partido consecutivo el Barça ganó al Espanyol en el Camp Nou y el balance en este tramo de encuentros ya es de 41 goles locales y tan solo 3 visitantes. La era Xavi empieza con alegría para los barcelonistas.