Al seleccionador chileno, el argentino Claudio Borghi, no le tembló el pulso y separó de la concentración a Jorge Valdivia, del Palmeiras; Arturo Vidal, del Juventus; Jean Beausejour, del Birmingham; Carlos Carmona, del Atalanta y Gonzalo Jara, del Brighton.
Según explicó Borghi en una rueda de prensa, estos jugadores llegaron en la noche del martes 45 minutos tarde y en estado de embriaguez al recinto donde se concentra la selección para los partidos de clasificación al Mundial de Brasil 2014 ante Uruguay y Paraguay.
"Hubo cinco jugadores que llegaron 45 minutos tarde y en un estado no adecuado a lo que es un seleccionado chileno o un jugador profesional", dijo con semblante serio el entrenador argentino.
"No sé en qué estado etílico estaban, pero claramente no se veían en buenas condiciones", ahondó ante las preguntas de los periodistas.
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La confirmación de la noticia, que circuló como un rumor desde bien temprano en la mañana de este miércoles, provocó una avalancha de reacciones de los hinchas chilenos, que atiborraron de comentarios los foros de internet y las redes sociales.
Este episodio, sin embargo, no toma desprevenido al aficionado chileno, acostumbrado a que los jugadores de su selección le regalen de vez en cuando un escándalo de similares características.
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En julio de 2000, la Roja se encontraba en la ciudad colombiana de Cúcuta para preparar un partido contra Venezuela correspondiente a las eliminatorias del Mundial de Corea y Japón de 2002.
Un camarógrafo captó unas imágenes en las que aparecían Iván Zamorano y Claudio Maldonado conversando con unas mujeres en el interior del recinto donde estaba concentrado el plantel.
Zamorano, capitán y estandarte de ese equipo, explicó después que las visitantes solo querían pedirles autógrafos y vetó por un tiempo a la prensa.
Unos años más tarde, en mayo de 2006, los delanteros Mark González y Reinaldo Navia fueron expulsados de una concentración en Dublín después de ser sorprendidos en la madrugada con tres mujeres en una habitación del hotel de concentración.
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El incidente más polémico sucedió poco después, en julio de 2007, durante la Copa América de Venezuela, en un episodio que la prensa chilena recuerda como ‘Puerto Ordazo'.
Los futbolistas Pablo Contreras, Reinaldo Navia, Rodrigo Tello, Jorge Valdivia, Jorge Vargas y Álvaro Ormeño fueron suspendidos durante 20 partidos tras propasarse, pasados de copas, con las camareras del hotel en que se alojaba el equipo chileno en Puerto Ordaz.
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Después de este lamentable episodio, la selección, entrenada por Nelson Acosta, cayó estrepitosamente por 6-1 frente a Brasil en los cuartos de final del torneo continental.
Después de la debacle de Puerto Ordaz, el argentino Marcelo Bielsa tomó las riendas y empezó una etapa marcada por los buenos resultados y la disciplina impuesta por el rosarino.
Durante los tres años que permaneció Bielsa en el banco chileno no se supo de ningún incidente disciplinario grave, a pesar de que Claudio Borghi ha señalado en un par de ocasiones que también se dieron algunas conductas inapropiadas.
Con Borghi como seleccionador, de nuevo Valdivia y Jean Beausejour estuvieron en la picota hace poco más de un mes, antes del debut en las eliminatorias mundialistas frente a Argentina.
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Según informó entonces el diario El Mercurio, ambos jugadores fueron vistos borrachos a primera hora de la mañana en una cafetería en Santiago, poco antes de dirigirse a entrenar con la selección.
Borghi, que no tomó ninguna medida ante el supuesto incidente en la cafetería, no dudó este miércoles en actuar severamente con cinco de sus jugadores.
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