Minuto 95 del partido, Andrés Ibargüen gambetea a varios jugadores de Rosario Central, levanta el balón, Henríquez la baja de cabeza y Orlando Berrio anota el agónico gol que le daba la clasificación a Nacional a semifinales. Allí se desató la parte negativa que despierta el fútbol en los suramericanos. Los argentinos siempre han sido rivales fuertes, de esos que rasguñan, pegan, de esos que tratan de intimidar, de esos contrincantes que buscan ‘ablandar’ con golpes y mañas a sus rivales. Siempre han sido iguales y los colombianos lastimosamente siempre hemos copiado lo malo de ellos. “¿Qué pasa por la cabeza de los jugadores de Nacional?” me preguntaba yo al ver como caían fácilmente en las provocaciones del rival. Era claro que el equipo visitante iba a aprovechar cualquier cosa para bajarle ritmo al partido. Después del penalti polémico a favor de Central, Alexander Mejía y Sebastián Pérez perdieron la concentración y se dedicaron a cometer faltas y protestar por cuanta cosa pitaba el juez. ¡Señores, eran ustedes los que tenían que tener al equipo concentrado! Esas actitudes en ellos no fueron solo de ayer, ya es como costumbre desde hace un tiempo, por esa misma razón el número 13 de Nacional no ha sido tenido en cuenta en selección Colombia como antes. Y a Sebastián, si es cierto que lo ven equipos grandes de Europa, con estos actos solito, solito se cierra las puertas. Rechazo los presuntos actos de racismo que se presentaron en contra de Orlando Berrio, pero también resalto que salió ante las cámaras a aceptar su error y pedir excusas. Definitivamente su comportamiento no fue el mejor al momento del gol. David Castañeda, es un jugador menor y con poca experiencia pero tuvo más madurez que él al momento de la celebración. Alguna vez me dijeron “Te pueden decir mico en la cancha pero usted no debe responder, eso se llama profesionalismo” y para rematar, Marlos Moreno quien estaba haciendo un buen partido, opacó su presentación al gritarle el gol a Sebastián Sosa. Al ‘nuevo Tino’ definitivamente hay que ‘bajarle un poco la caña’ es joven pero hay que corregir desde ya. Alexander Mejía en varias ocasiones sostuvo agarrones de palabras con Eduardo ‘Chacho’ Coudet y cuando el técnico lo encaró salió corriendo y fue defendido por varios hinchas que invadieron la cancha. Fue un gran gesto por parte de la hinchada proteger a uno de sus jugadores. “Indio que huye sirve para una segunda batalla” pero la plaza puede ser suspendida por este acto y el jugador tiene que dejar esa maña de provocar, es uno de los capitanes ¿no?. Para terminar con mí crítica que pretendo sea constructiva, los periodistas deben ser imparciales y no ‘meterle más leña al fuego’ lastimosamente y con pena ajena debo reprochar la pregunta y la actitud de un comunicador al momento de preguntarle al técnico de Rosario: “Ustedes los argentinos por qué son tan malos perdedores, hombre”. Creo que estas actitudes sobran, no son necesarias, simplemente no deben estar. El mal ambiente de violencia no se debe alimentar por parte de jugadores, hinchas ni periodistas, es momento de cambiar eso en el fútbol colombiano. ¡Que no sea una constante! Sebastián Sarmiento Twitter: @sarmientoosorio
Actualizado: enero 25, 2017 12:00 p. m.