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La sanción

“Sancionado con dos (2) fechas de suspensión que deberá jugar a puerta cerrada en el Estadio Atanasio Girardot de la ciudad de Medellín, por invasión a la cancha de los espectadores considerados como sus seguidores antes del partido entre D. Quindío y A. Nacional realizado el 3 de marzo correspondiente a la 5ª fecha de la Liga Postobón .I 2013 (Art. 98 num. 2 y 7). D” Así reza la sanción que le impuso la Dimayor al club Atlético Nacional. Escueta, fría y sin preámbulos, como son todas las sanciones, más aún cuando viene de esta entidad. Partamos del hecho que todo este novelón nace de una pelea entre hinchas de Nacional. Acá, nada de esto estaríamos lamentando si no hay pelea entre hinchas. Que sean de la tal “Nación Verdolaga” (grupo que ni conocía y no quiero conocer) o de Los Del Sur (barra que siempre he respetado), el punto es que una pelea entre seguidores del mismo equipo, entre gente que sigue lo mismo, entre personas que llevan el mismo escudo en el corazón. Es bochornoso, es más, es ridículo, da pena ajena, oso, produce alergia… Ahora bien, más allá del hecho que es claro (la pelea), antes, durante y después, lo que pasó en Armenia tiene unos ingredientes que hacen que la misma sanción sea medida con guantes de seda a la hora de juzgar (sobra decir que la Dimayor para ese tipo de cosas lo que tiene es guantes de plomo). Antes La misma barra Los del Sur había advertido de la peligrosidad de la otra barra. Hablaron con las directivas de Nacional y éstas, repito, esto fue antes, llevaron el tema a la mesa de seguridad y convivencia que se hace antes de los partidos. Lo han dicho Víctor Marulanda y el presidente De La Cuesta: Atlético Nacional le advirtió a las autoridades de Armenia sobre el riesgo de ubicar en una misma tribuna a estas dos barras. La gente de Armenia estaba advertida, conocían del riesgo y tomaron las decisiones que desencadenaron estos hechos. Fueron, los de la mesa de seguridad y convivencia, sordos, negligentes y relajados. Ellos merecen sanción. Durante Se arma el zafarrancho entre las barras y ¿qué hace la gente que nada tiene que ver? Pues lo que haríamos todos: protegernos. Eso hicieron con el consentimiento de la autoridad. Incluso lo pidieron por los megáfonos del estadio, incluso la misma policía guió a los hinchas al gramado mientras que en la tribuna se trataba de controlar a los peleadores. “Hinchas del equipo visitante, quienes se encontraban en la tribuna oriental del Estadio Centenario de Armenia, ingresaron al terreno de juego, originando una invasión”, dice el informe arbitral. Otro ingrediente que ayuda a la sanción. Si el señor árbitro en vez de “invasión” utiliza la palabra “evacuación”, pues la sanción no tiene lugar. Simple, a la gente la evacuaron a la gramilla para que tuviera más seguridad… Creo que el árbitro merece sanción por no conocer los hechos y, peor aún, no saber interpretarlos. Después Hoy el equipo, el estadio, los hinchas, los vendedores que tienen su sustento por lo que la gente consume dentro y fuera del Atanasio, todos, todos estamos sancionados. Todo el contexto que expliqué anteriormente forjó esta sanción. En declaraciones concedidas a Nacional Es Pasión, el presidente De La Cuesta dijo que se siente impotencia, que advirtieron de todo y dieron todas las precauciones y alarmas, y pasó lo que pasó. Manifestó que: “Hay que enderezar el camino y defendernos. Es una lección para los hinchas, policía y mesas de seguridad y convivencia”. Conclusión Estoy casi seguro que la sanción la bajan a una sola fecha. Muy de acuerdo estoy con el presidente De La Cuesta: esto es una lección para todos. Hay que darse la pela y pedirle a la “Divina Providencia” que en cada torneo no seamos los protagonistas de la novela de una sanción. *Este texto también está publicado en www.blogverdolaga.com Seguir a @poterios

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