El delantero, de 25 años, reapareció esta semana en la Premier League tras cumplir ocho partidos de sanción por dirigir supuestamente insultos racistas al lateral franco-senegalés de los "diablos rojos" Patrice Evra el pasado octubre.
Suárez admitió que el incidente hará que se respire una atmósfera "tensa" en el estadio del United, pero señaló que está "acostumbrado" a que los aficionados le "silben" desde las gradas.
"Sé que los hinchas del United van a intentar que me sienta a disgusto en el campo, pero tengo que decirles que si me silban solo van a lograr que esté más motivado", señaló el uruguayo.
El delantero reiteró asimismo su desacuerdo con la sanción de ocho semanas que cumplió: "Según una ley del fútbol, lo que ocurre en el campo se queda en el campo y ese es el final de la historia", opinó el delantero, que lleva cinco goles en 19 partidos esta temporada.
Suárez y Evra se encontrarán por vez primera desde el incidente que ocurrió el pasado 15 de octubre en Anfield y se espera que ambos jugadores se den la mano como parte el ritual habitual previo a los partidos de liga.
Al respecto, el técnico de los "diablos rojos", Alex Ferguson, ya advirtió a Evra de que debería evitar la tentación de negar el saludo al uruguayo.
Suárez, que en diciembre recibió un partido adicional de sanción por hacer gestos obscenos contra los aficionados del Fulham, reapareció con los "reds" este lunes contra el Tottenham, un encuentro en el que volvió a crear polémica por propinar una patada en el estómago a un defensa de los "spurs".
Esa falta provocó que la estrella del United, el inglés Wayne Rooney, caldeara algo más el ambiente antes del choque del sábado al declarar que Suárez debería haber sido expulsado por esa falta.