Coulibaly, un gigante de casi dos metros que entró al campo en el minuto 89, logró un gol que mantiene con vida a su equipo y también complica la continuidad del Valencia, que ya no depende de sí mismo.
El conjunto belga se jugará el pase a la siguiente ronda en la última jornada en su feudo ante un Zenit de San Petersburgo que llegará clasificado y con la primera plaza de grupo asegurada.
La derrota del Valencia ante el conjunto ruso dos horas antes del pitido inicial en Gerland dejaba con vida al Lyon. Todo un milagro, ya que el conjunto de Hubert Fournier seguía con posibilidades de clasificarse para los octavos, después de haber sumado sólo un punto en cuatro partidos.
Era la última oportunidad para los locales, en una noche fría repleta de emociones. El público entonó la Marsellesa con los jugadores en formación en el césped, en recuerdo de las víctimas de los atentados terroristas de París del 13 de noviembre.
En las gradas se echaba de menos a la afición belga, que no pudo viajar al tenerlo prohibido por el estado de alerta terrorista que vive su país.
Y por si fuera poco, a la emoción por el himno y la tensión por las reforzadas medidas de seguridad, había que añadirle una gran dosis de nostalgia al ser la última velada europea en Gerland, dado que el Olympique se trasladará el próximo enero a un lujoso nuevo estadio en el barrio de Decines, en las afueras de la ciudad.
Con semejante carga emocional, el Olympique salió enchufado y a los siete minutos marcó el primer gol de la noche. Ferro resolvió de manera impecable un mano a mano con Sels.
Jugaba el Gante con menos urgencia que el Lyon al saber que incluso perdiendo podía seguir aspirando a jugar la Liga Europa, su objetivo inicial. Lacazette apunto estuvo de aumentar la cuenta lionesa pero Sels le desvió con la punta de la manopla un disparo cruzado que enfilaba la red.
El campeón belga comenzó entonces a estirarse y a llegar con más claridad. A los 21 minutos Dejaegere envió el primer aviso del Gante a la portería de Lopes con un fortísimo disparo alto desde el corazón del área. Recién cumplida la media hora de juego el once belga empató con un disparo magistral de falta directa de Milicevic.
Al Lyon, le volvieron a entrar las prisas y el Gante recobró la tranquilidad. La primera mitad finalizó sin más goles por culpa de los porteros. Seis detuvo un zapatazo de Rafael y Lopes un disparo envenenado de Dejaegere.
Tras la reanudación, el Olympique volvió a la carga pero con más corazón que cabeza. Ghezzal desaprovechó una oportunidad de gol inmensa a punto de cumplirse el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Tolisso, a golpe de corneta, armó un contraataque, cedió el balón al canterano lionés y éste no pudo superar al meta belga.
La entrada de Sergi Darder por el veterano Malbranque dio oxígeno al equipo francés. Si bien, el Lyon seguía sin conseguir trenzar jugadas que desembocaran en ocasiones claras.
Por si fuera poco, en los últimos veinte minutos, un aguacero empantanó aún más el juego. El partido no daba para más, salvo para un susto en el área lionesa, por un mal despeje de la defensa a disparo de Depoitre y remate de Cornet en el área que se perdió en la maraña de piernas de la zaga belga.
Sin embargo, ante la sorpresa general, en la última jugada del partido, un córner que lanzó Milicevic lo remató totalmente sólo en el corazón del área Coulibaly. Un cabezazo que el larguero repelió al interior de la portería que supuso la eliminación fulminante del Lyon en Europa, además de poner un triste broche final a las veladas de fútbol continental en el mítico Gerland.
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