El veterano Alex Ferguson, que lleva 26 temporadas al frente el United, dio una lección de estrategia en la primera parte a Roberto Mancini, que gobierna desde 2009 el millonario proyecto del jeque Mansour bin Zayed y que este domingo vio cómo los ‘diablos rojos' embaucaban a sus futbolistas sobre el césped del Etihad.
Los visitantes se refugiaron al inicio en las cercanías del área del español David De Gea y se dedicaron a defenderse con contundencia de los embates de un City que permanecía invicto hasta este domingo en la Premier, tras 15 encuentros sin perder.
Tal era el dominio de los de Mancini que llegaron a poseer el balón cerca del setenta por ciento del tiempo, con el italiano Mario Balotelli encendido y el argentino Sergio ‘Kun' Agüero creando ocasiones de cierto peligro.
Sin saberlo, los ‘citizens' habían caído en la trampa Ferguson, que había preparado el terreno para que los locales se confiaran, se volcaran al ataque y dejaran su defensa plagada de lagunas.
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Al cuarto de hora, el United había desaparecido del partido, y ese fue el momento preciso en el que Van Persie, por sorpresa, dio la orden de salida para que los ‘diablos rojos' lanzaran su caballería contra el campo enemigo.
El holandés entregó el balón a Ashley Young en el centro del campo para que el inglés galopara hasta las cercanías del área de Joe Hart.
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Allí esperaba Wayne Rooney, que aceptó la entrega de Young para recortar a Gaël Clichy y Gareth Barry antes de conectar un tiro suave que dejó clavado a Hart sobre la línea y se introdujo en la portería arañando el palo izquierdo.
El tanto visitante fue un trauma para los ‘citizens', incapaces a partir de entonces de asaltar el campo rival como habían hecho al inicio por miedo a que Rooney, Van Persie y compañía se la volvieran a jugar al contragolpe.
Todas las precauciones, sin embargo, fueron pocas contra un United que, por delante en el marcador, abandonó el falso papel de equipo modesto de los primeros minutos y terminó de desbaratar los mecanismos de un City que no encontraba orden sobre el césped.
Poco antes de la media hora, los de Ferguson asestaron un segundo golpe que se antojaba mortal: el brasileño Rafael da Silva trazó desde la derecha un centro raso y Rooney, que había pasado inadvertido para la defensa, apareció entre líneas para dejar el cuero por segunda vez en la red.
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El terreno se hacía cuesta arriba para los locales, pero el mejor equipo de Inglaterra el pasado curso no se rindió: el descanso y la entrada al campo del argentino Carlos Tévez brindó nueva confianza al City, que al cuarto de hora de la reanudación recortó distancias.
Tras varios rebotes en el interior del área de De Gea, Tévez dejó el balón al marfileño Touré Yaya, que acertó a rematar a la red un gol que desestabilizó definitivamente el duelo.
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La guerra de estrategia que había sido hasta entonces el derbi de Manchester pasó a ser una batalla campal en la que las ocasiones se sucedían en ambas porterías y, en ese escenario, fue la defensa del United la que terminó flojeando.
A la salida de un córner, el argentino Pablo Zabaleta se encontró al borde del área con el balón en los pies y sin defensores a su alrededor: no lo dudó y descerrajó un disparo que igualaba el partido.
Si algún equipo parecía más cerca de ponerse por delante era el City, pero los ‘diablos rojos' volvieron a tirar de oficio y, por medio de una jugada a balón parado, Van Persie puso la puntilla a un encuentro épico con el tercer y definitivo tanto de los visitantes.