Así como elogió el récord que logró Palermo, que anotó dos tantos ante Arsenal y se convirtió en el máximo anotador de la historia del Boca con 220 goles, dos más que Roberto Cherro, la prensa deportiva argentina sacó a relucir nuevamente los problemas de relación que el delantero tiene con Riquelme.
Y aunque dijo que su intención no es polemizar, Palermo pareció echar más leña al fuego cuando comparó su relación con el creativo con lo que ocurrió este lunes al marcar el primero de sus dos goles tras pase de Riquelme, quien celebró la conquista con los hinchas y no con el delantero.
"No quiero entrar en polémicas porque nunca lo hice. Creo que la evidencia está ahí en lo que pasó y queda a criterio de cada uno. Las dos cosas existen: lo del gol es lo que se ve en la cancha y lo del festejo lo que pasa todos los días afuera", apuntó.
Palermo, de 36 años, dijo que respeta a Riquelme y reconoció que sintió "incomodidad" cuando buscó y no encontró a su compañero para celebrar el gol, aunque evitó opinar sobre esa actitud.
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"Yo siempre festejo con quien me asiste, pero ahora fue distinto. Todos lo vieron y lo pueden analizar. Me sentí incómodo. No quiero hablar, que cada uno saque sus conclusiones", expresó.
Aseguró que sería caer muy bajo pedir a la directiva boquense que elija entre Riquelme y él, a la hora de renovar los contratos en junio próximo, aunque reconoció que en sus diez años de convivencia con el talentoso centrocampista "la situación dentro del vestuario era de otra manera".
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"No me voy a apresurar a los hechos. Es evidente que el 80 por ciento de las cosas que se pueden llegar a decir de lo que pasa dentro del vestuario es más que obvio que pasan, aunque es muy difícil que los protagonistas de esas situaciones salgan a decirlo, confirmarlo", subrayó.
Dijo desconocer cuáles han sido los motivos del distanciamiento entre ambos y remarcó que es su obligación, como referentes del club, darles un mensaje a los más chicos, no recaer sobre ellos y dejar una imagen más clara y evidente de que las cosas así no van.
'El optimista del gol', apodo que desde principios de este milenio debe al entrenador de su mejor momento futbolístico, Carlos Bianchi, destacó, por el contrario, la alegría que le produjo haber celebrado el gol 219 con su hijo dentro del campo.
"Tuve la suerte de hacerlo y fue la felicidad más grande que me podía haber tocado vivir", añadió.
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