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Milan cumplió, goleó 0-4 a Dinamo Zagreb y mantiene la esperanza de llegar a octavos de Champions

El conjunto italiano tomó vida en Champions League, y quedó dependiendo de sí mismo tras golear en su visita al conjunto croata. De no perder en el próximo partido pasaría a los octavos de final.

AC MILAN
Jugadores del Milan celebran en la Champions League.
AFP

Con un inicio de segundo tiempo arrollador, el Milan se reafirmó en Europa ante un Dinamo de Zagreb (0-4) que fue inferior y encaminó su clasificación a octavos de final de Champions League, para la que necesita puntuar ante el Salzburgo en San Siro la próxima semana después de que el equipo austríaco cediera ante el Chelsea inglés (1-2), ya clasificado como primero de grupo.

Con más madurez y eficacia que elocuencia futbolística, yendo de menos a más y conociendo ya el favorable resultado entre Chelsea y Salzburgo, el Milan saltó sin su once de gala al estadio Maksimir con la obligación, y la presión que ello implica, de ganar a un rival sobre el papel inferior que, eso sí, no puso las cosas fáciles en el primer acto, para llegar con buenas opciones de clasificar a octavos de final.

Apostó Pioli por Kalulu de lateral derecho, por Kjaer y Gabbia formando como pareja de centrales inédita en lo que va de campaña y por De Ketelaere en la media punta, prescindiendo de un Brahim Díaz que llegaba en buen estado de forma, pero con molestias tras el partido liguero ante el Monza, y de un Maignan bajo palos que sigue lesionado.

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Si bien es cierto que el conjunto 'rossonero' tomó la iniciativa, impuso su ritmo y fue superior, no intimidó a un Dinamo que tuvo fases en la primera parte en las que mandó y gozó de ocasiones para hacer daño. Especialmente con Ljubicic percutiendo por el carril izquierdo, atacando la zona menos protegida del Milan.

Tonali y Bennacer apuntalaron el centro del campo desde el inicio. La dupla habitual del Milan funcionó a las mil maravillas desde el inicio, equilibrando al equipo, sacando el balón y conectando con un De Ketelaere que, pese a dejar destellos de calidad, no acaba de ser constante.

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Fue precisamente la calidad individual de los milanistas la se impuso en la zona de tres cuartos y empezó a decantar la balanza. La más clara del Milan en la primera parte la tuvo Kjaer, que enganchó una buena volea dentro del área dirección puerta que salvó la zaga del Dinamo.

Leao comenzó poco a poco a carburar, a sentirse más cómodo y a generar más peligro por el perfil zurdo, aprovechándose de su privilegiado físico y del de su mejor aliado, un Theo Hernández que le acompañó desde atrás en todo momento, convirtiendo la banda izquierda, una vez más, en un generador constante de ocasiones.

Con el luso más suelto, el Milan se adueñó definitivamente del partido y lo mató con dos golpes en momentos clave. Al ocaso del primer tiempo, en su mejor momento, el Milan materializó el dominio con un remate de Gabbia tras un perfecto centro de Tonali al segundo palo. No tardó en ampliar la ventaja con un tanto nada más salir de vestuarios, este vez a cargo del siempre peligroso Leao, que aprovechó las dudas de la zaga rival para colarse entre ella y definir en un mano a mano para poner el 0-2.

Fue un torbellino imparable el Milan en el segundo tiempo. El tercero lo puso Giroud poco después, en el minuto 59, desde los once metros después de que Ljubicic derribara a Tonali dentro del área. El cuarto lo hizo el propio Ljubicic en propia puerta en el 69, cuando el despeje de su compañero rebotó en su cuerpo y fue directo a puerta.

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Sentenciado el partido, Pioli movió el banquillo, dio veinte minutos de descanso a sus habituales y acabó el partido sin Leao, Theo, Giroud y Bennacer. Pudieron ser más goles, pero bien el fuera de juego, el desacierto o Livakovic lo impidieron. El Milan otea los octavos de final de Liga de Campeones, San Siro dirimirá el duelo ante el Salzburgo en el que los 'rossoneri' solo necesitan puntuar para certificar la clasificación.

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