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Mouchester en llamas

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José Mourinho, técnico del Manchester United - Twitter: @ManUtd

La sorpresa de la semana la dio el Sevilla de Luis Fernando Muriel al derrotar en suelo británico al encopetado Manchester United por los octavos de final de la Champions League. Mientras en Andalucía se vive la apoteosis de igualar una gesta no conseguida desde hace 60 años, el ambiente en Old Trafford está bastante enrarecido, por decir lo menos.

Con la derrota que supuso el 2-1 final, los goles de Ben Yedder expusieron a un equipo carente de ideas y con poca identidad futbolística. El Mouchester, como ha sido llamado, ha dejado mucho que desear esta temporada tanto en resultados como en exhibición futbolística. Si bien los equipos de Jose Mourinho nunca descollaron en el apartado estético, siempre mostraron orden táctico y un plan de juego consistente, cosas que no se han visto en un cuadro que, más allá del atrevimiento del joven Rashford, decepciona más de lo que entusiasma. La decepción, a su vez, ha salido bastante costosa; $350 millones de euros invertidos en fichajes dan fe de ello. ¿Es prematuro calificar este  proyecto Mourinhesco como fracaso? Veamos.

La llegada en 2016 del portugués se dio con gran expectativa, habiendo sido un técnico dos veces campeón de Champions League y con títulos a su haber en todas las ligas que ha disputado: Portugal, Inglaterra, Italia y España han sido testigos de la astucia táctica de Mourinho. Por otra parte, la llegada de hombres como Ibrahimovic, Pogba y Mkytharian suponía un comienzo auspicioso. La realidad fue muy distinta, donde los diablos rojos fueron sextos en la Liga y, si bien consiguieron alzarse con la Europa League, un club como el United está para disputar cosas más importantes. En el apartado individual, Ibra mostró sus galones hasta el momento de su infortunada lesión, pero Pogba estuvo lejos de justificar el remoquete de jugador más caro del planeta.

Vea también: Manchester United y Totthenham se consolaron por cuenta de la FA Cup

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La presente temporada tuvo también fichajes importantes, siendo el más sonado el de Romelu Lukaku, un auténtico tanque de área, al mejor estilo de Didier Drogba, quien tantos triunfos dio a Mourinho. Si bien el belga ha rendido a buen nivel, en más de una ocasión ha quedado en deuda en los partidos decisivos de la temporada. ¿Puede culpársele? Difícilmente. El plan del Mouchester en muchos partidos fue despejar de punta para arriba, esperando que el joven centroatacante impusiera su corpulencia; mejor dicho, especulación pura. El Plan B ha sido igualmente sencillo: esperar que el bombillo de Marcus Rashford aporte luz suficiente para darle tres puntos a un equipo pesadote y aburrido. La llegada de Alexis Sánchez en reemplazo de Mkytharian, quien no se halló en el club, no ha traído consigo mejoras ni en juego ni en resultados.

¿El desenlace de la temporada? Una temprana -escandalosa si se quiere-  eliminación en Champions y un respetable segundo lugar en Liga, eso sí, a años luz del Manchester City de Guardiola, el cual satisface cualquier necesidad plástica y estética que deje su rival. Nada bien para un conjunto que ha botado la casa por la ventana en el mercado de fichajes. ¿Peligra la silla de Mou?

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