Gol Caracol
Resultados de fútbol
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El ex astro del fútbol rematará unos 2.000 objetos entre ellos sus tres medallas de ganador de la Copa del Mundo y un trofeo Jules Rimet especial que podría venderse hasta en un millón de dólares.
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Entender que la Copa Libertadores es un torneo complejo, lleno de factores ajenos a lo futbolístico, aguerrido y competitivo es tan fácil como caer en el juego de la ilusión. Atlético Nacional despierta hoy entre sus seguidores esa sensación de: “Y si no es ahora, ¿cuándo?”; “ Si con este equipo no es, ¿entonces con cuál?, y preguntas por el estilo. La realidad es que cada partido que vemos de esta máquina verdolaga -porque todo hay que decirlo, es una máquina de variables, de fútbol, de propuestas, de táctica y velocidad- genera cierta ilusión que debe hilarse muy delgado para no caer en confianzas ni agrandamientos. El de ayer ante el histórico Peñarol, cuyo fútbol quedó en eso, en historia, fue un partido complejo, con un rival que vino a especular, guardarse y esperar a ver qué pescaba si se le presentaba un río revuelto. Atlético Nacional propuso fútbol desde el vamos, con varias aproximaciones que no llegaron a feliz término, sin embargo “ El Manya” con cada minuto que pasaba se sentía más cómodo en la grama del Atanasio Girardot con su doble línea de 4, inclusive a veces defendiendo con 9 hombres ubicados por detrás de la línea de la pelota. Los espacios no se daban, cada vez era más difícil traspasar el cerco defensivo montado por el “Polilla” Da Silva. Sin embargo, una jugada de otro partido, el tiro de Bocanegra en el segundo tiempo y un gran gol para él, confeccionan otro partido. A partir de ese momento los uruguayos entienden que hay que proponer, sin entender por qué no lo habían hecho antes. Los espacios se crean y las gacelas comienzan a divertirse. Ibarbo, Marlos Moreno y Copete fueron de nuevo demoledores, con un Guerra y un Sebastián Pérez respaldándolos. El segundo gol llega fácil: un contragolpe letal, yo te la doy, freno implacable, tú me la devuelves, y adentro, para seguir consolidando a este jovencito Marlos Moreno como una de las figuras no sólo del equipo, sino del torneo continental. Con el marcador a favor: tiempo para variables, tiempo para confundir más al rival y experimentar otras cosas. Macnelly Torres ingresa enchufado y propone más colectividad. Un par de movimientos más se generan dentro de la cancha. Reinaldo Rueda sabe lo que hace, y este equipo le permite hacer cosas que no se habían visto con la exitosa versión de Juan Carlos Osorio. Fin del compromiso, un gran resultado que permite liderar la tabla del grupo 4 que comparte con equipos que la verdad no han ofrecido mayor cosa, aunque eso no es culpa de Nacional, y permite que el hincha hoy amanezca diciendo: ¿Será que me ilusiono? ¿Será que puede ser esta vez? La ilusión se consigue gratis. Es fácil obtenerla. Dicen que es mala. Sin embargo este gran Atlético Nacional, entiendo que el camino es “largo y culebrero” y que la confianza en exceso es perjudicial, puede regalar grandes alegrías a toda su hinchada y al país. Y si es gratis, entonces ilusionémonos. Por: Iván Liévano Martínez // Twitter: @ivanlievano
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Tic-tac,tic-tac,tic-tac... Te la doy a ti, me la das a mi, se la devuelvo a él, él se la da al otro, vamos adelante, no, también vamos atrás, la ponemos a un lado, la cambiamos de frente, la movemos, la movemos, la acariciamos, la manejamos con velocidad, metemos cuarta a 160 kilómetros por hora, no, decidimos bajar los cambios y pasar a 60 kilómetros por hora, no hay espacio, hay que encontrarlo. Tic-tac,tic-tac,tic-tac... No se la damos al rival, nos defendemos con ella, hacemos daño con ella, tic-tac, de Armani, a Henríquez, a Sánchez, vamos por izquierda, ok, también está la derecha, salen con Faryd, no hay lío si es con Bocanegra, recibe Álex Mejía, tic-tac, retrocede para Henríquez, entrega a Sebastián Pérez, tic-tac, sigue el toque, recibe el que quiera recibir, abren espacios, tic-tac, el juego va de un lado a otro, es largo, es corto, el ingrediente es tenerla, el menú puede ser con cualquiera, tic-tac, el rival va de un lado a otro, trata de marcar, no encuentra el útil, se abren espacios, recibe Marlos: todo es magia y desequilibrio, recibe Ibarbo: todo es potencia con genialidad, recibe Copete: calla bocas con goles, reciben y recibe y juegan fútbol, es diversión pura, es puro fútbol, tic-tac,tic-tac,tic-tac.. Es Nacional respetando la base absoluta del fútbol: el balón. Jugar con él, para él y demoler un rival a punta de presión, dominación, orden, repliegues, paciencia, cambios de ritmos. Busque cómo se aplica lo correcto en defensa, en fase ofensiva y anda el equipo de Reinaldo Rueda por el camino correcto. Es la Copa Libertadores, esto es paso a paso, el de ayer fue un lindo paso. Pies sobre la tierra, disfrute cada partido de este equipo, tenga paciencia cuando las cosas no salgan bien, deje de exigir por exigir...Vamos bien, falta camino. Tic-tac,tic-tac,tic-tac, goza el buen fútbol. Seguir a @poterios
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Todo equipo de fútbol tiene una mascota oficial, sin embargo, algunos han decidido adoptar un animal vivo para animar a los hinchas y representar la historia del club.
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Una pareja disfrutó de principio a fin la invitación VIP al encuentro entre Vitesse y Heerenveen. Una ubicación privilegiada que terminó con el triunfo 3-0 de su equipo.
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Cincuenta millones de Euros. Ese fue el presupuesto asignado para contrataciones en la presente temporada 2015-2016 para los "Foxes", conocidos así por la afición a la caza de zorros de los habitantes de la ciudad de Leicester, Inglaterra. Hoy sus 294.000 habitantes con seguridad tienen otra afición: delirar por su equipo de fútbol, líder flamante de la English Premier League. Ese dinero perfectamente lo puede valer un sólo jugador del Arsenal, Liverpool o Chelsea. De hecho, el Manchester United al inicio de temporada desembolsó 80 millones de Euros por Anthony Martial, promesa del país Galo. Sin embargo esa y otras inversiones no han alcanzado para hacer ver a los diablos rojos como un verdadero equipo. Leicester City hoy disfruta con razones de peso el liderato de la Premier League. Todos lo hemos visto con resistencia y con la incredulidad de que pueda aguantar el ritmo de los grandes Ingleses, pero fecha tras fecha este equipo, que el año pasado prendía veladoras en el vestuario para no volver a descender puesto que venían en el 2014 de ganar la Football League Championship (segunda categoría), con cada partido jugado nos deja con la boca callada. La exhibición dada por el onceno de Claudio Rannieri en el Etihad Stadium ante la hinchada citadina el sábado pasado es la fotografía perfecta de la concepción de juego que tiene el Italiano, muchas veces resistida por los amantes del buen fútbol. Sin embargo nadie, después de ver el partido contra Manchester City, el segundo en la liga, puede dudar de su efectividad. Un 4-4-2 bien organizado, bloques cortos y, eso sí, poca o nula posesión del balón. Ellos sólo usan el balón para una idea clara, la de hacer con él daño al rival con sus mortales contragolpes y rápidas transiciones de defensa-ataque. (Véase el segundo gol). El balón para Rannieri es para meterlo al fondo de la red, no para transportarlo de lado a lado por todo el terreno de juego. Sin embargo, después de analizar varios partidos del líder, lo más llamativo es el sentido colectivo del equipo. Todos, absolutamente todos tienen el overol puesto y jamás dejan de correr, en especial los volantes de marca quienes quitan, roban y corren todo el partido. No hay figuras, no hay egos, no hay marcas, sólo obreros que se convierten en guerreros al saltar a la cancha. Sus goleadores, Jamie Vardy y el argelino Riyad Mahrez, eran unos perfectos desconocidos la temporada pasada. Hoy son reconocidos ya por sus 32 goles y aun así sólo piensan en la gloria colectiva. La fuerza de un buen trabajo en equipo y una filosofía de bienestar colectivo superan la fuerza de los millones. Los 5 puntos de ventaja alcanzados el fin de semana pasado ilusionan a toda una institución, fundada en 1884, y a toda una ciudad. También ilusiona a los que a veces se cansan del mercantilismo futbolero, el mismo que a veces lo hace ver aburrido y sin sentido. Falta todavía mucho por recorrer en la liga, pero creo que muchos estaremos pendientes de este humilde equipo, de este verdadero trabajo en equipo. Por: Iván Darío Liévano M. // Twitter: @ivanlievano
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Esto reventó, China está ofreciendo sumas de dinero gigantescas para incorporar figuras mundiales a su fútbol que, aunque menos visto y menos competitivo como muchos dicen, tiene todas las posibilidades económicas que atraen a un jugador, que al fin y al cabo vive de eso, de jugar fútbol. Con el traspaso de Jackson Martínez he leído cualquier cantidad de barbaridades, y la típica frase que dice: “prefirió el dinero que la gloria futbolística”. Ahí está el primer error, analizar un traspaso debe incluir todas las variables, decir que “sacando lo económico, fue una mala decisión” es hipócrita, porque el futbolista vive de las ventas de sus derechos deportivos, préstamos y sueldos. Ahora, ¿de qué gloria me hablan, cuál pecado cometió Jackson? Un tipo que a sus 29 años tiene cuatro títulos en su palmarés, uno a nivel local y tres en Europa. Tiene el record como máximo goleador en la historia de los torneos cortos en Colombia, ha sido máximo anotador en tres ocasiones de una de las ligas más importantes del viejo continente como la portuguesa y elegido una vez como mejor jugador de esa liga. Jugó un Mundial con la Selección Colombia, se dio el lujo de marcar y ratificar que debió ser titular en esa competición, fue de lejos el mejor delantero del equipo y aún así nunca fue considerado como primera opción y, después de todo eso, solamente siguió entrenando en silencio y jamás le faltó respeto contra los que lo ningunearon. Si eso no es gloria en el fútbol entonces no sé qué lo es. Yo sí estoy muy contento por él, son de esas oportunidades que se le presentan a una persona entre millones, ¿o qué pensaría usted si fuera la quinta persona mejor paga de la profesión a la que usted se dedica? Juzgar y decir que fue una mala decisión es fácil, sobre todo para el periodista. No quiero que se me malinterprete, este escrito no busca decir que la decisión de “Chachachá” fue acertada, solamente los invito a entender que la decisión moral la tenía él y nadie más, por eso no podemos convenir en que fue una mala decisión. Nadie sabe la sed con la que otro bebe, ahora tiene mucho dinero, pero en su niñez tuvo mucho menos del que usted sí tuvo. Es obvio que el nivel en China es mucho más bajo que el de Europa, creo que en competencia perderá ritmo porque esa liga no está a la altura de sus condiciones, se desaparecerá del radar del fútbol mundial y seguramente en un tiempo se olvidarán de él; pero creo que todo lo anterior lo compensa, ya se dio el lujo de jugar en Europa, ser goleador y participar en los torneos más importantes que un futbolista puede soñar, su nombre ya está plasmado en la historia y lo más importante, amigo lector, Jackson Martínez no se retiró del fútbol para dedicarse a otra profesión, NO, simplemente como un trabajador más, cambió de empresa, y seguirá haciendo lo que ama, solo que ahora se dará el lujo de estar en el top de mejores pagos, ¿en serio fue una mala decisión? jejejeje, no lo creo… Por: Luis Felipe Lucero // Twitter: @FelipeLuceroG
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Este siempre ha sido un dilema palpable dentro del fútbol. Algunos futbolistas eligen la primera opción, otros la segunda, y unos pocos afortunados y superdotados logran obtener las dos cosas al tiempo. Durante las últimas dos semanas hemos conocido tres casos de jugadores cercanos a nuestros afectos, tres colombianos que han tenido que tomar esta difícil decisión. Sí, hablamos de Fredy Guarín, Fredy Montero y Jackson Martínez. El caso de los tres es muy similar: futbolistas contemporáneos, jugaban en clubes importantes de ligas de peso como la italiana, portuguesa y española, y que decidieron irse a una liga de un escalafón mucho menor como la china, donde tendrán la oportunidad de ganar una cantidad de dinero nada pequeña, de esas que dañan mentes. Es un tema espinoso. Muchas han sido las reacciones en redes sociales y en los medios sobre lo ocurrido con estos tres señores; el caso de Jackson es el que más eco ha producido y el que más llama la atención. Vamos a verlo de la siguiente forma: si a usted en una empresa no lo quieren, además de eso le consiguen contrato en otro lugar en el que va a tener que hacer menos cosas y va a ganar más dinero ¿Usted qué haría? ¿Diría que no?... Esto es más o menos lo que se les puso sobre la mesa a los personajes anteriormente mencionados. En sus equipos no eran tenidos en cuenta de la forma que ellos querían, como es el caso de ‘Cha-cha-cha’ y Guarín, y además les ofrecieron más dinero por menos esfuerzo, porque no nos digamos mentiras, que a mí me marque Sergio Ramos o Mascherano, no es lo mismo a que lo haga “Chung Wang Shu” o cualquier jugador de la Superliga China. Sin embargo, lo que da más guayabo en el caso de Jackson Martínez por ejemplo, es que hace pocos meses era el goleador de la liga de Portugal, es el máximo anotador colombiano en la Champions League y un jugador con un futuro inmediato muy prometedor como para que tirara la toalla tan rápido. Son muchos los argumentos que tenemos en contra de su decisión, pero no conocemos los del chocoano, que tal vez estén alrededor de asegurar el futuro económico de su familia, algo que también es muy loable. Es ahí cuando entra el gran dilema propuesto al inicio de este texto, en el caso de Martínez, él ya eligió y su opción fue la segunda, dinero. Tal vez si hubiera aguantado un poco más habría llegado a tener las dos, pero aún no recibo mi título de profeta como para estar del todo seguro. Amanecerá y veremos, lo que si no podemos negar es que nos queda ese sabor agridulce y la preocupación de tal vez perder a jugadores de selección en un momento tan neurálgico como el que se viene en la eliminatoria. No sabemos que pase por la cabeza de Pékerman y si estando en China se interese por convocarlos, pero bueno esa es harina de otro costal. Por: Andrés Felipe García Franco // Twitter: @siranfega
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El pasado fin de semana inició la Liga Águila 2016 I, primera fecha en la que sobre el papel costaba encontrar un juego que de entrada llamará la atención. Más allá de los partidos con equipos tradicionales, que cada vez son más pocos, y de un Bucaramanga Vs. Medellín, la parrilla televisiva de nuestro fútbol se veía poco convincente. Sin embargo, y a pesar de los estadios con poca asistencia en sus tribunas (exceptuando El Campín y el Atanasio Girardot) y con pésimas condiciones en sus campos de juego, la jornada entregó más de lo que parecía ofrecer. La primera fecha dejó un promedio de 2,4 goles por partidos, goleadas, triunfos inesperados y tan solo dos 0-0. No obstante, si se excluyen los espectadores de Bogotá y Medellín (25.978 y 30.982 hinchas, respectivamente) el promedio de asistencia aproximado se reduce de 10.600 a 6.130 personas por juego, una falencia común en los escenarios deportivos del país y en el fútbol colombiano en general. [caption id="attachment_42" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] La liga local y su sistema de juego son garantía de grandes emociones, a diferencia de algunas de las más prestigiosas competencias a nivel mundial, donde pareciera existir un libreto de principio a fin, con los mismos protagonistas de siempre, definiendo su campeón en apenas dos juegos. Sin embargo, ¿La emoción del FPC es un aval del buen fútbol?... ¡Por supuesto que no!, y este sistema de campeonato ya ha premiado en muchas oportunidades la mediocridad con la que muchos afrontan su primera fase (‘todos contra todos’) y castigado injustamente el desgaste que algunos otros hacen en la misma instancia. [caption id="attachment_43" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] Cambiar la forma en la que se disputa la hoy llamada Liga Águila no significa que los estadios se colmen de espectadores, aunque sí es un salto definitivo a una liga, valga la redundancia, de verdad, una competencia en la que el equipo campeón sea aquel que sume más puntos a lo largo de la temporada, no el que remate mejor su último tramo, algo que sin duda levantaría la calidad del juego local. Aun así, es importante reconocer que hoy por hoy son más las cosas positivas que las negativas, que a pesar de que siempre se puede mejorar, en este momento son más los aciertos que las imprecisiones y que el rentado local sigue ganando terreno y reconocimiento a nivel internacional, por momentos, incluso por encima de potencias del continente. [caption id="attachment_44" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] En definitiva, el fútbol colombiano es nuestro, con sus virtudes y defectos, es el que nos emociona y nos mueve (un grito de gol de un hincha del Pasto es mil veces más sincero que el de un 'hincha' criollo del Barcelona o el Real Madrid), el que nos representa y de alguna manera lo que somos. Sea la Liga número 11 en el mundo o la número 100, la seguiremos viendo con los mismos ojos y con el mismo sentimiento. @Crispinllos
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Las raquetas son remplazadas por las cabezas de los jugadores, quienes demuestran su gran destreza al momento de conseguir los puntos.