El pasado fin de semana inició la Liga Águila 2016 I, primera fecha en la que sobre el papel costaba encontrar un juego que de entrada llamará la atención. Más allá de los partidos con equipos tradicionales, que cada vez son más pocos, y de un Bucaramanga Vs. Medellín, la parrilla televisiva de nuestro fútbol se veía poco convincente. Sin embargo, y a pesar de los estadios con poca asistencia en sus tribunas (exceptuando El Campín y el Atanasio Girardot) y con pésimas condiciones en sus campos de juego, la jornada entregó más de lo que parecía ofrecer. La primera fecha dejó un promedio de 2,4 goles por partidos, goleadas, triunfos inesperados y tan solo dos 0-0. No obstante, si se excluyen los espectadores de Bogotá y Medellín (25.978 y 30.982 hinchas, respectivamente) el promedio de asistencia aproximado se reduce de 10.600 a 6.130 personas por juego, una falencia común en los escenarios deportivos del país y en el fútbol colombiano en general. [caption id="attachment_42" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"] [/caption] La liga local y su sistema de juego son garantía de grandes emociones, a diferencia de algunas de las más prestigiosas competencias a nivel mundial, donde pareciera existir un libreto de principio a fin, con los mismos protagonistas de siempre, definiendo su campeón en apenas dos juegos. Sin embargo, ¿La emoción del FPC es un aval del buen fútbol?... ¡Por supuesto que no!, y este sistema de campeonato ya ha premiado en muchas oportunidades la mediocridad con la que muchos afrontan su primera fase (‘todos contra todos’) y castigado injustamente el desgaste que algunos otros hacen en la misma instancia. [caption id="attachment_43" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"] [/caption] Cambiar la forma en la que se disputa la hoy llamada Liga Águila no significa que los estadios se colmen de espectadores, aunque sí es un salto definitivo a una liga, valga la redundancia, de verdad, una competencia en la que el equipo campeón sea aquel que sume más puntos a lo largo de la temporada, no el que remate mejor su último tramo, algo que sin duda levantaría la calidad del juego local. Aun así, es importante reconocer que hoy por hoy son más las cosas positivas que las negativas, que a pesar de que siempre se puede mejorar, en este momento son más los aciertos que las imprecisiones y que el rentado local sigue ganando terreno y reconocimiento a nivel internacional, por momentos, incluso por encima de potencias del continente. [caption id="attachment_44" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"] [/caption] En definitiva, el fútbol colombiano es nuestro, con sus virtudes y defectos, es el que nos emociona y nos mueve (un grito de gol de un hincha del Pasto es mil veces más sincero que el de un 'hincha' criollo del Barcelona o el Real Madrid), el que nos representa y de alguna manera lo que somos. Sea la Liga número 11 en el mundo o la número 100, la seguiremos viendo con los mismos ojos y con el mismo sentimiento. @Crispinllos
Actualizado: enero 25, 2017 11:56 a. m.