"¡Qué grande sos, Diego!": los gritos de invitados y periodistas evidenciaban la alegría por la sorpresa de ver a Diego Maradona vestido de corto y jugando con su mítico número 10 a la espalda, en un "partido de la amistad" en el centro de París, en el que tanto el 'Pibe de Oro' como el brasileño Pelé estaban oficialmente como entrenadores, a un día del inicio de la Eurocopa de Francia.
Aunque Maradona se divirtió y así lo comrpobó este video
JAJAJA LOS CAÑOS DE MARADONA. pic.twitter.com/t4BqK9LBUQ
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— SOLOFÚTBOLMEMES (@SoloFutbolMemes) June 9, 2016 Con casi una hora de retraso ("las grandes estrellas se hacen esperar", apuntaban los organizadores del acto con humor), Pelé y Maradona, históricos enemigos y rivales en el intento de ser considerados el mejor futbolista de la historia, habían entrado de la mano al pequeño campo de césped artificial construido para la ocasión por una marca suiza de relojes de lujo que patrocina la Eurocopa, la organizadora del acto.
Ni Maracaná, ni la Bombonera, ni el Azteca: el escenario en esta ocasión era el patio central del Palais Royal de París, muy cerca del museo del Louvre, en pleno corazón de la capital francesa. Allí llevaron los dos mitos todo su arte futbolístico.
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La doble columnata que en la película "Charade" de Stanley Donen servía para el apoteósico enfrentamiento a tiros entre Cary Grant y Walter Matthau veía ahora cómo periodistas e invitados se apoyaban en ella para ver en acción este insólito duelo, en un clima distendido y lleno de sonrisas y buenas palabras. Nada que ver con sus cruces de declaraciones ofensivas del pasado.
Encima de la columnata, miembros de la organización controlaban que todo saliera según lo previsto, mientras en las ventanas de los edificios oficiales vecinos la gente hacía fotos y grababa el histórico momento.
"Gracias, Dios"
En los fondos de las dos porterías, dos carteles dedicados a Maradona en español ("Diego es inmortal" y "Gracias, Dios"), dando muestra de que si en el campo el resultado fue de empate 8-8, el 'Pelusa' ganó en el apoyo popular, con la presencia de argentinos e italianos rendidos a su ídolo.
"No hay nadie como Diego. En Nápoles es inmortal", contaba a la AFP Matteo, un joven italiano originario de Nápoles que vive en París y que había logrado una de las invitaciones para seguir el bautizado por el presentador del acto como "partido del siglo".
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"¡Diego, Diego, una selfie! ¡Una conmigo!", le gritaba con poco éxito un invitado argentino apoyado en la valla que delimitaba el terreno de juego de césped artificial, mientras Maradona, ya visiblemente cansado, deambulaba por el campo casi al final del choque.
El 'efecto Maradona' no fue precisamente un revulsivo para el equipo negro: al descanso iba ganando 5-2 y el partido acabó en empate 8-8, aunque es cierto que Maradona marcó de penal y dio un pase de gol a Ciro Ferrara. En los últimos instantes hubo además una gran relajación que pareció apuntar a que el empate, que llegó justo al final, era el final deseado por muchos para sellar este "partido de la amistad y de la paz".
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Hasta Pelé, que a sus 75 años siguió todo el partido sentado y protegido del sol por una sombrilla, se permitió bromear en los últimos minutos amenazando con su muleta al árbitro del partido, el británico Howard Webb, que lejos de mostrarle una tarjeta roja le dedicó una gran sonrisa.
Un prólogo amable con el que las estrellas del pasado levantaron el telón de la Eurocopa, antes de su arranque oficial el viernes.