Una jugada individual del centrocampista del Mónaco dio a los lusos el único gol del partido en el minuto 65.
Portugal jugará así su noveno gran torneo internacional de forma consecutiva desde el 2000, una vez disputados cuatro Europeos y cuatro Mundiales.
Después de lidiar con cuatro repescas seguidas (dos Mundiales y otras tantas Eurocopas), el pase al torneo de Francia será esta vez directa y como primero del grupo I, con 18 puntos en siete encuentros, por delante de daneses y albaneses, segundo y terceros, respectivamente.
Sin la inspiración de Ronaldo y con cierta precipitación en el centro del campo, la selección de Fernando Santos solventó el compromiso con un suficiente raspado ante con un rival con poca calidad en el último tercio del campo.
Encajonado en el centro del ataque, Ronaldo no encontró en todo el partido el hábitat adecuado para desarrollar su juego.
A los provocativos gritos de los hinchas daneses desplazados a Braga en favor del argentino Leo Messi, el goleador portugués no dio respuesta en su nueva posición.
Sin poder entrar al área partiendo desde una de las dos bandas, un movimiento que le ha funcionado como factor sorpresa, el astro del Real Madrid pasó un primer tiempo enclaustrado entre los dos centrales de Dinamarca, Simon Kjær y Daniel Agger, dos torres de 1,90 metros que barrieron casi todos los centros lusos.
El capitán de Portugal compareció en el minuto 9, cuando, desde fuera del área, remató blando, con la zurda.
Lo mejor de la selección local en el primer periodo se llamó Danilo Pereira, un poderoso medio centro de 1,90 metros que se ha reafirmado este curso en el Porto de Julen Lopetegui.
Los innumerables robos de balón del fornido jugador nacido hace 24 años en Guinea-Bissau propiciaron varios ataques portugueses.
Un cabezazo al larguero de Nani y un fuerte remate por encima del larguero João Moutinho fueron los momentos estelares de un combinado que no hilaba fino en el último tercio.
Dinamarca, liderada por el sevillista Krohn-Dehli y el medio creativo del Tottenham Eriksen, pecó de imprecisión en la hora de la elaboración.
Con poco fuego ofensivo, las contadas oportunidades en la que los daneses rondaron la meta de Rui Patrício no las aprovecharon, unas veces por falta de puntería, otras por el egoísmo de Niklas Bendtner.
Reclamaron, eso sí, un posible penalti por manos de Cédric, a pase del lateral zurdo danés de origen albanés Riza Durmisi.
Bendtner, el azote de Portugal, selección a la que ha anotado en los últimos años un puñado de goles, asustó a los locales, con un remate al poste nada más comenzar el segundo tiempo.
Respondió Cristiano Ronaldo, que se echó a la izquierda y tiró de dinamita en un remate que repelió Kasper Schmeichel, hijo del mítico Peter Schmeichel.
João Moutinho, incansable medio del Mónaco, celebró su 80º partido intencional con un gol de calidad. Recibió en el borde del área, recortó hacia dentro y hacia afuera, y disparó colocado al poste derecho de Schmeichel júnior.
Con el 1-0 y con sólo 25 minutos hasta el pitido final, Portugal respiró ante una Dinamarca necesitada de al menos empatar para no complicar su pase a Francia.
El joven Bernardo Silva, habilidoso extremo del Mónaco, sorteó a varios contrincantes y su disparo pasó muy cerca del poste derecho danés.
Empujó la Dinamarca de Morten Olsen colgada del fortachón Bendtner, pero la defensa portuguesa, especialmente Rui Patricio, que negó un gol a Agger, se mantuvo firme.