Con este resultado, los rusos lideran el grupo A con 3 puntos, por uno de polacos y griegos, que empataron en el partido inaugural (1-1), y cero de los checos.
El partido fue un monólogo de los rusos, que dispusieron de ocasiones de todas las clases, ante un equipo checo que recuerda poco al que alcanzara la final de la Eurocopa en 1996.
Como anécdota, el árbitro inglés, Howard Webb, que dirigió la final del pasado Mundial ganado por España, en la que fue muy criticado, no sacó este viernes ni una sola tarjeta.
El ‘sargento' holandés, Dick Advocaat, apostó por un 4-3-3 con Zhirkov como falso lateral izquierdo y una troika de delanteros formada por Dzagóev, Arshavin y Kerzhakov.
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Mientras, el seleccionador checo le cedió la titularidad a Milan Baros, duda durante los últimos días, pero éste lo justificó la confianza de su entrenador, ya que el exdelantero del Liverpool estuvo desaparecido en combate todo el partido.
Los checos comenzaron presionando, ahogaron la línea de creación del gigante del norte y apenas dejaron que los rusos cruzaran el centro del campo durante los primeros diez minutos, pero sólo fue un espejismo.
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No obstante, la primera jugada de peligro fue una obra de arte de Arshavin, que dio un magnífico pase de tacón a Zhirkov que penetró en el área y su pase de la muerte lo recibió Kerzhakov quien disparó fuera por poco.
Sin tiempo para respirar, Rusia se puso por delante con una magnífica jugada colectiva que comenzó y culminó Dzagóev con un disparo raso desde dentro del área grande ante el que nada pudo hacer Cech (m.15).
Dzagóev (CSKA Moscú) aprovechó el rechace tras un remate de cabeza al poste de Kerzhakov tras centro desde la derecha de Ziryánov.
Y el mismo jugador pudo marcar el segundo tres minutos después de un contraataque en el que encaró solo al guardameta checo, pero le pegó mal a la pelota cuando tenía toda a su favor y ésta salió desviada.
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Con todo, la pesadilla checa no se acabó ahí, ya que a los 20 minutos, un pase de tiralíneas de Arshavin no pudo ser despejado por la defensa y Shirókov (Zenit) anotó el segundo gol elevando sutilmente la pelota por encima del portero del Chelsea (m.24).
Kerzhakov tuvo en sus botas el tercero en otro contraataque de manual protagonizado por la troika del Zenit, Shirókov lo inició, Ziryánov lo continuó y el delantero que militó en el Sevilla disparó duro, pero excesivamente alto.
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En la segunda parte los checos salieron a reducir distancias y lo consiguieron a los cinco minutos gracias a Pilar que recibió un pase al hueco, superó al defensa y al portero rusos, y marcó a puerta vacía (m.52).
A partir de ahí el partido estuvo abierto, aunque los rusos fueron los que crearon más peligro, pero durante bastantes minutos no obligaron a Cech a emplearse a fondo.
Kerzhakov fue el más activo, aunque todos sus disparos salieron desviados, cuando se encontraba en magnífica posición para el disparo, por lo que fue sustituido a falta de 20 minutos por Pavlyuchenko.
La entrada del exdelantero del Tottenham fue providencial, ya que poco después de salir le dio un pase medido en el borde del área a Dzagóev, que batió al portero checo con un formidable disparo. (m.79).
Seguidamente, fue Pavlyuchenko el que recibió la pelota en el área grande, aguantó las tarascadas de los defensas y se sacó de la chistera un misil, ante el que Cech sólo pudo rozar la pelota. (m.82).
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Precisamente, la imagen de un abatido Cech, el héroe en la reciente final de la Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich, escenificó la impotencia checa.
Rusia se enfrentará en la próxima jornada a los anfitriones polacos, mientras los checos tendrán que jugarse el todo por el todo ante los griegos, los campeones de Europa en 2004.
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Aquí , las estadísticas del partido.