A dicha cantidad también hay que sumarle lo que el Barcelona obtenga por eventuales traspasos.
En todo caso, Rosell, quien calificó la temporada que se acaba de cerrar como "una de las mejores de la historia" en el plano deportivo, no quiso revelar las negociaciones que el club está llevando a cabo para renovar el equipo.
Cesc Fàbregas, capitán del Arsenal, fue el que más interés acaparó durante la rueda de prensa ofrecida por Rosell, quien en un momento de su larga intervención (70 preguntas en una hora y 22 minutos) llegó incluso a asegurar que "no tenía ni idea" de si el Barça tiene interés en firmar al mediocampista de los 'gunners', al chileno Alexis Sánchez o al delantero del Villarreal Giuseppe Rossi.
"Estas negociaciones se hacen sin luz ni taquígrafos. No sé si tenemos interés en Cesc, Rossi o Alexis, no tengo ni idea. Lo que nos interesa es que no se hable mucho", ha resumido a modo de declaración de intenciones.
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Entrando en materia, Rosell explicó que el valor de Fàbregas es inferior a los cuarenta millones de euros, cantidad que ofertó el Barça por el centrocampista del Arsenal el año pasado y que no aceptó el cuadro londinense.
"¿Cuál es el límite para ficharlo? Hay que verlo. Primero se tiene que saber cuál es su salario y cuáles son sus condiciones (3, 4 ó 5 temporadas), todo está en relación entre el salario y el traspaso, pero si el año pasado ofrecimos 40 millones y se preodujo una amortización, es evidente que este año su valor es inferior", aseguró.
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Rosell supone que Cesc "quiere venir al Barça" porque "la mayoría de jugadores del mundo" lo desean. "No sé qué pasará con Cesc, pero en el supuesto caso de que nos interesara, no tiraremos la casa por la ventana ni nos volveremos locos", dijo.
En positivo, Rosell ha destacado el 5-0 conseguido por el equipo ante el Real Madrid en la Liga, la victoria de Wembley y el retorno a los terrenos de juego de Eric Abidal, y en el otro lado de la balanza, el presidente del Barça ha explicado que la decisión "más difícil" fue la venta de Zlatan Ibrahimovic.
"Fue un acierto en lo deportivo, pero muy complicado en lo económico, porque supuso una pérdida de 50 millones de euros y que la directiva tenga que avalar una temporada más", concluyó.