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¿Terminó el ciclo ganador del Barcelona?

En la ciudad de Barcelona alcanzaron a sonar los juegos pirotécnicos con los goles de Busquets e Iniesta. Parecía una fábula más de Guardiola y su equipo hasta que la historia terminó convertida en una tragedia griega del fútbol. Todo gracias a la naturaleza de lo impredecible. Al golazo de Ramires, al tanto de Fernando Torres, a los errores de un genio del fútbol como Messi y a una eliminación que puede determinar el fin de la historia que marcó el Barcelona en el último tiempo. Tras la eliminación en la semifinal de la Champions, las decisiones que debe tomar ahora Barcelona son trascendentales. El cuadro blaugrana no cambiará voluntariamente el estilo que tiene ya marcado en la piel porque simplemente sería estúpido, aunque tal vez sí se decante por un recambio que parece necesario ante el agotamiento de sus figuras. Los golpes contra Real Madrid y Chelsea hicieron que Barcelona perdiera en cuatro días una temporada completa. Sin embargo, la cosecha recogida desde que Guardiola llegó al banco es un ejemplo a seguir (sin olvidar el antecedente de la Champions lograda de la mano de Ronaldinho y Rijkaard). No alzar esta vez los trofeos de la Liga y de la Champions en absoluto opaca la gloria conseguida. Barcelona ganó todo lo que quiso en los últimos años  y lo hizo extraordinariamente bien. En estos tiempos tal afirmación suena a exageración, pero la realidad demuestra que no lo es. El partido ante Chelsea se acercó irónicamente a la ficción, a las anécdotas que cambian el rumbo de las cosas. Todo estaba a favor del Barcelona y el fútbol nos recordó que de lo mejor que tiene este deporte es su capacidad de sorprendernos. Messi pareció jugar con la selección Argentina y no con la máquina culé; el mejor jugador del mundo botó un penalti y un palo le quitó la revancha; Xavi e Iniesta se vieron impotentes cuando casi siempre lucen infalibles; Piqué siguió jugando después de sufrir un golpe brutal y finalmente terminó en el hospital; Drogba alcanzó a jugar de lateral derecho; Fernando Torres hizo gol y Chelsea clasificó, aun con el absurdo Terry y su ridícula expulsión. Pasó de todo en el histórico partido. ¿Qué sucederá ahora? ¿Con la hipotética marcha de Guardiola se esfumaría la esencia de uno de los mejores equipos de todos los tiempos? ¿Quién en el mundo es capaz de realzar al Barcelona ahora que todos parecen haber encontrado antídoto para su fútbol? ¿Hay que cambiar jugadores? ¿No sería esto último lo más vil para quienes han deleitado al planeta con su talento? ¿Me equivoco si digo que todo el equipo parece cansado, sin motivación? Hay demasiadas inquietudes que resolver y sin duda este será un punto de inflexión. Sea cual sea el futuro, hay que sentenciar que el fútbol no fue injusto esta vez con Barcelona, como dijo Iniesta. Todo lo contrario. Fue la vida misma, llena de momentos dolorosos y otros de alegría. No hay hegemonías eternas y el futuro traerá oportunidades para nuevos ganadores. Barcelona ha sido demasiado exitoso y ese es su gran legado, lleno de valores fuera de la cancha. Podrá repetir conquistas, desde luego, podrá recobrar muchos títulos en la próxima temporada,  pero es posible que haya llegado el momento de decir adiós a este hito del fútbol, a este equipo. Tarde o temprano, todo tiene su final. En Twitter: @javieraborda

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