La semana pasada surgió un nuevo poder, en el que el Tottenham de Pochettino le dio un auténtico repaso a un Real Madrid plagado de estrellas pero con aparente resaca después de dos años de triunfos. Una pieza importante en el andamiaje de los londinenses fue el joven y prometedor Dávinson Sánchez. El defensor colombiano se ha mostrado rápido en los cierres, fuerte en el 'uno a uno' y, por si fuera poco, práctico y medianamente dúctil en el manejo de la pelota. A lo mejor, la imaginación de algún fanático de los 'spurs' lo llevó a recordar a otro gran zaguero que vistió esa camiseta. ¿Nos encontramos frente al Sol Campbell colombiano?
El éxito de Dávinson nos permite replantearnos la disyuntiva táctica de cómo debemos pararnos en defensa. ¿Debemos respetar la historia y jugar con cuatro en el fondo? ¿Es momento de experimentar con tres centrales y sumar dos carrileros con vocación ofensiva? A decir verdad, me inclino por lo segundo, teniendo en cuenta la sobrepoblación en cuanto a centrales de garantías de la que podemos disponer. En la medida que contemos con la recuperación de Yerry Mina y en la medida que Crsitian Zapata siga contando con suficientes minutos en el Milan, pueden ser el complemento perfecto del defensa del Tottenham, quien oficiaría como último hombre. Por su parte, sumar a Fabra y Cuadrado como volantes carrileros puede darle al equipo el volumen de juego del que ha carecido y pueden colaborar en marca, así esta no sea su carta de presentación. De esta forma, el tres puede convertirse en cinco. Inclusive, este dibujo táctico permite soltar más fácilmente a Mina para buscar ocasionalmente el cabezazo, sin quedar tan descubiertos atrás.
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El centro del campo puede ser de carácter industrioso, con Carlos Sánchez como referente, sobre todo en la medida que retome la titularidad en la Fiorentina. Su acompañante puede ser Abel Aguilar, quien parece siempre mostrar en la selección un nivel distinto a su discreto desempeño a nivel de club. Otras opciones pueden ser hombres como Gustavo Cuéllar, un volante de mejor pie o inclusive un nuevo valor, donde valdría la pena echarle un vistazo a Víctor Cantillo. El equipo quedaría apuntalado arriba con la zurda excelsa de James Rodríguez y el mortífero olfato goleador de Falcao, acompañado de un tanque como Duván Zapata o un socio como Teófilo Gutiérrez.
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Este modelo de equipo puede ser más físico y menos vistoso de lo mostrado hace cuatro años, pero puede cumplir con el objetivo de ser sólidos en defensa y eficaces en ataque. Teniendo en cuenta que se vienen un par de partidos amistosos y que a esta altura no nos estamos jugando el ser cabeza de serie (como sucedió en 2013), estos partidos pueden ser el escenario perfecto para probar variantes tácticas. Esto obedece a que, si bien se logró clasificar a la Copa del Mundo, el equipo mostró falencias que, de evidenciarse en Rusia, harán difícil replicar el resultado conseguido en Brasil. ¡Ahora es cuándo!