Se enfrentaban 'zorros' y 'diablos rojos' en el último encuentro de la jornada sabatina de la liga inglesa, un partido que auparía al vencedor a lo más alto de la tabla.
Aferrado al prolífico Jamie Vardy, Claudio Ranieri y sus hombres, reconocidos como la sorpresa más agradable de la temporada, buscaban tres puntos que alargaran durante al menos una semana más su sueño en la Premier ante un Manchester United que necesitaba una victoria para apaciguar las críticas tras el empate frente al PSV Eindhoven en la Liga de Campeones (0-0).
Modificó el equipo Louis van Gaal y apostó por un once con tres centrales -Paddy McNair, Chris Smalling y Daley Blind-, dos carrileros -Matteo Darmian y Ashley Young- y con Bastian Schweinsteiger y Michael Carrick en el centro del campo.
Juan Mata ejerció de enganche con Wayne Rooney y el joven Anthony Martial juntos arriba, en una formación 1-3-5-2.
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Todo estaba preparado para que Vardy, quien empezó su racha ante el Bournemouth el 29 de agosto y que había marcado frente a Aston Villa, Stoke, Arsenal, Norwich, Southampton, Crystal Palace, West Brom, Watford y Newcastle, volviera a ver portería y superara la plusmarca que logró Ruud Van Nistelrooy entre las temporadas 2002/2003 y 2003/2004.
Y así fue, a los 23 minutos y 27 segundos, el internacional i recibió un gran pase en profundidad del austríaco Christian Fuchs y batió al español David de Gea con un disparo seco y al centro para sumar su decimotercer tanto en las últimas once jornadas de la Premier League.
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Sin embargo, tras las felicitaciones y los cánticos de una grada rendida a su nuevo héroe, llego la reacción del United, que en los instantes finales de la primera mitad empató el partido gracias a un tanto de Bastian Schweinsteiger.
El alemán ex Bayern Múnich, con su primer gol desde el mes de mayo, aprovechó un fallo en la marca del delantero japonés Shinji Okazaki para cabecear al fondo de la red un saque de esquina botado por Blind.
La segunda mitad fue de los visitantes, que como ha sucedido en tantos partidos esta temporada gozaban de la posesión pero carecían de mordiente arriba.
Tocaban y tocaban los de Louis van Gaal, pero el balón no le llegaba a unos Mata, Rooney y Martial muy aislados y sin apenas incidencia en el juego.
Ni siquiera la entrada del extremo holandés Memphis Depay mediado el segundo tiempo revitalizó a los suyos, que en cambio pudieron haberse despedido del King Power Stadium con las manos vacías de no ser por el guardameta David de Gea.
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En el 65, el internacional español logró evitar el segundo tanto del Leicester con una buena intervención tras un disparo desde el corazón del área del argentino Leo Ulloa.
Con este empate, los 'foxes', pese a tener los mismos puntos que el Manchester City, caen de la primera a la segunda posición en la tabla, mientras que el United se mantiene tercero, con 28 puntos, a solo uno de los líderes.
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