El número iba bien hasta que, en un momento, el animal se abalanzó contra el domador. Otro hombre intentó detenerlo a patadas, pero no lo logró.
Un espectador grabó con su celular la escena que, en un principio, transcurría normal. El cuidador ordenó al oso empujar una carretilla y este le obedeció.
Inmediatamente lo haló hacia el otro lado y fue en ese momento cuando la función, que divertía a los presentes, se tornó violenta: el animal lanzó al hombre el suelo y lo atacó.
Otro empleado que estaba en el escenario empezó a patear al animal para que parara, al tiempo que adultos que iban con niños los tomaron y se alejaron por temor a que el oso también la emprendiera contra ellos.
Los golpes del ayudante no funcionaron y fue necesario el uso de una pistola eléctrica.
Representante del circo manifestó que la actitud del animal fue debido a que algunas fotos con flash que tomaron los asistentes lo inquietaron.
Pese a esto, un comité investigador reclamó porque alrededor del escenario no existía una cerca que protegiera a los invitados.
El hombre atacado se negó a recibir atención médica y ningún espectador resultó lesionado.
El circo Full House de Olónets decidió retirar el número de su programación.