Tan valiosos, pero tan escasos. Así son los amigos fieles hasta la muerte. Uno de ellos, un perro de raza Gran Pirineo, decidió quedarse junto al cadáver de su compañero de aventuras, arrollado por un vehículo en una vía de Dallas (EE. UU.).
Imposible saber cuánto tiempo llevaba inmóvil este amigo fiel. Hacía su duelo, irónicamente, muy cerca del Cementerio Nacional Fort Worth.
Conductores reportaron la desgarradora escena a través de las redes sociales, incluso, hicieron llamadas telefónicas para que las autoridades acudieran al lugar.
Julie Fennell, una defensora de animales, se hizo presente. Antes había llegado otra voluntaria, Jessy Fairferlick, que aparece en una de las fotografías junto al perro.
Al Gran Pirineo no se le encontró ninguna identificación. Al parecer, se trata de un perro callejero.
Fennell lo convenció de subir a su vehículo y llevarlo a un hogar de paso, mientras se resuelve su suerte.
Dice ella que una vez el carro se puso en movimiento, el perro acercó su rostro al vidrio trasero para ver por última vez a su amigo muerto.