Perros y gatos viven su propia desgracia en medio de la pandemia por coronavirus. Sufren de hambre, frío y soledad en las calles de varias ciudades.
Y es que el aislamiento social ha sacado también lo peor de los seres humanos: su egoísmo e ingratitud con los animales domésticos.
Como si fueran muebles viejos y estorbosos, los dueños han expulsado a las mascotas de sus casas.
A estos animales se les ha visto deambulando sin rumbo por calles solitarias en diferentes lugares del mundo, mientras crecen también los esfuerzos de defensores de sus derechos y fundaciones para encontrarles un hogar, así sea de paso.
En las redes sociales, se han compartido videos y fotografías de perros colgados a las puertas de los edificios residenciales de donde los echaron. Otros, lucen aterrorizados en cualquier esquina.
En tiempos difíciles, como los que atraviesa la humanidad por el coronavirus COVID-19 , el llamado es a ser compasivos y ayudar a los más vulnerables. No en vano se dice que la bondad es la única empresa que jamás va a la quiebra.