Organizar partidos de fútbol entre amigos es de lo más normal en cualquier rincón del mundo. Sin embargo, en Noruega quisieron llevarlo a otro nivel.
Un grupo de jóvenes armó un ‘cotejo’ en el que la única condición para participar era sencilla: superar el gramo de alcohol en la sangre.
Una hora antes del encuentro, los jugadores organizaron una pequeña fiesta en los camerinos que incluía música, mujeres y, por supuesto, licor. Pese a que algunos tomaron bastante más de lo “reglamentario, se uniformaron y salieron a la cancha.
Ya en el terreno de juego la diversión fue mayor no por las jugadas o goles, sino porque la borrachera pasó factura y algunos se caían o tenían que parar para vomitar.
El resultado fue anecdótico, pero el video quedó para el recuerdo.