“Las palmas de cera en el Valle de Cocora son muertos vivientes”: Rodrigo Bernal

El botánico detalla que estos bosques al no estar en condiciones naturales cuando muere una palma no existe otra que la reemplace. Así, cada año “se van” unas diez lo que quiere decir que para finales del siglo todas las palmas de los potreros de esta región se habrán extinguido.

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