“Nos confiamos”: familia que sufrió COVID cuenta por qué no hay que bajar la guardia en Navidad

"El virus está ahí y mata", recalca. Y es que una fiesta o una novena, en este atípico diciembre, puede terminar en tragedia. Ojo al siguiente testimonio.

Mauricio Esteban es un hombre que siempre toma todas las medidas recomendadas ante la pandemia del COVID-19 cuando sale de su casa. Tapabocas, distanciamiento y constante desinfección de manos hacen parte de su ritual.

Sin embargo, reconoce que alguna vez que acompañó a su hermana a una diligencia y se relajó cuando llegó a la casa de ella. Por estar “en confianza” dejó de usar el tapabocas y resultaron los dos infectados.

“Ya cuando estábamos en el apartamento de ella nos desinfectamos, nos lavamos las manos, pero nos retiramos el tapabocas. Desafortunadamente ella apareció con el virus y yo aparecí con el virus dos o tres días después”, cuenta Mauricio.

(Vea aquí: "Es momento de cuidarse, no de reunirse y contagiar a los demás": familiares de víctimas del COVID )

Los infectados de la familia, que en total fueron tres, sobrevivieron al coronavirus. Sin embargo, confiesa él que quedan secuelas:

“yo no puedo hacer ejercicio, me fatigo muy fácilmente, se me va el aire e incluso llego a marearme. Subir escaleras es difícil también, me toca muy lentamente. Me dejó dolores de cabeza, cortos, pero intensos”.

En diciembre las personas se van a reunir, de eso es consciente, pero pide no bajar la guardia y mucho menos pensar que porque se trata de la familia el COVID no va a estar presente.

“Lo primero es ser responsable con uno mismo y con las personas a su alrededor, saber que el virus está ahí y mata. Utilizar el tapabocas permanentemente. Tratar de mantener contacto con la familia por el celular o visitarlos con responsabilidad”, son los consejos, ya conocidos, pero importantes de recalcar siempre.

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