Son diversos y se aplican según el estado de salud de estas personas y criterios médicos. La parte psicológica también es clave. Hablamos con expertos.
Aunque la Organización Mundial de la Salud advierte que aún no hay evidencia de que las personas que ya tuvieron coronavirus COVID-19 sean inmunes a un nuevo contagio, son múltiples los tratamientos que se adelantan para esta enfermedad.
El doctor Guillermo Sánchez, director de los posgrados de Epidemiología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, FUCS, de Bogotá, asegura que se han evaluado tres grupos de tratamiento.
“En primer lugar, los antivirales tipo lopinavir-ritonavir, oseltamivir, ganciclovir, entre otros, y lo que tenemos para decir es que la evidencia es contradictoria acerca de su uso”, afirma.
Se debe tener claridad que cada paciente es diferente y su tratamiento específico depende del criterio del médico tratante.
“Un segundo grupo del que mucho se ha hablado de la hidroxicloroquina y la cloroquina, pero, paradójicamente, encontramos que la evidencia es escasa, es de baja calidad y es contradictoria. Por esta razón, su uso en algunas guías ha quedado a criterio del médico”, explica el doctor.
Asimismo, señaló que el tercer grupo lo conforman los corticoides, los cuales, “con evidencia de baja calidad, pueden tener un efecto benéfico en pacientes con enfermedad severa por COVID-19”, además de que no hay una dosis específica para su uso.
“Algunas guías han sugerido su uso en dosis bajas o moderadas, pero debe ser el médico nuevamente quien valora el riesgo-beneficio individual”, puntualizó.
Por otra parte, los expertos recomiendan que los pacientes de coronavirus COVID-19 también deben recibir ayuda sicológica.
“Los factores sicológicos de las personas que han sufrido el COVID-19 pueden ser variadas. Desde pequeños componentes depresivos ansiosos hasta un estrés postraumático y fobias, las cuales pueden llegar a limitar su reinserción a su capacidad laboral y sus actividades sociales”, dice la sicóloga Viviana Álvarez.
Según los expertos, el apoyo de familiares y amigos es fundamental para que quienes tuvieron la enfermedad puedan reintegrarse de manera pronta a la sociedad.