Con el fin de que se obtengan recursos para financiar estrategias de seguridad en 41 de los 42 municipios del Valle del Cauca, la Asamblea del departamento aprobó en segundo debate la aplicación de un nuevo impuesto a los ciudadanos por este concepto. El tributo será cobrado a través del consumo de energía.
Según la corporación, quedó establecido que la comunidad de estrato 4 deberá pagar 1 % (850 pesos mensuales), en estratos 5 y 6 un 2% y, para las industrias, la contribución será de 1.7%. Se espera que al año se recauden más de $27 mil millones, dinero con el que se busca fortalecer la seguridad en la región.
En primera instancia, este impuesto fue rechazado tajantamente por el alcalde de Cali, Maurice Armitage, quien aseguró que eso podría evitar la llegada de más empresas a la región para invertir y también afectar el empleo.
"Me preocupa que el comercio se nos vaya de Cali y que se genere desempleo, cuando lo que estamos buscando es lo contrario", sostuvo.
De hecho, afirmó que, por primera vez, la Administración Municipal ha destinado $70.000.000.000 para la seguridad, a través de recursos propios y no mediante el cobro de impuestos.
Pese a la inconformidad del mandatario de la capital del Valle del Cauca, hay opiniones divididas entre los habitantes del departamento respecto a la nueva contribución que desató polémica.
"Me parece injusto por la cantidad de impuestos que estamos pagando, otro más sería el colmo", opinó el ciudadano Brayan Álvarez.
Otros ciudadanos como Luz Mosquera aprueban el cobro del impuesto en la medida que el dinero recaudado sea utilizado para el propósito establecido.
"El problema es que no sabemos si en realidad es para eso. Estoy de acuerdo porque hay mucha inseguridad, el detalle es que el Gobierno sí cumpla", manifestó la ciudadana.
El impuesto, según la Gobernación del Valle del Cauca, se aplicará a partir del 2017 y durante un periodo de tres años.