Los armeros. Así llamaba la Policía a una banda que robaba carros y atacaba brutalmente a sus víctimas en Bogotá.
Para los investigadores, la noche era la mejor aliada de los criminales. Luego de hacer varias labores de inteligencia, estos delincuentes llegaban a las casas de sus víctimas, esperaban que metieran los vehículos a los garajes y las golpeaban, para llevarse los vehículos.
De su existencia se supo por una denuncia ciudadana.
“A partir de una denuncia de diciembre del año pasado se empieza a trabajar sobre una organización de delincuencia común dedicada al hurto de vehículos y a alquilar y vender armas para todo tipo de delitos en la capital”, dijo el general Fernando Murillo, director de la Dijín.
Los investigadores identificaron inicialmente a los temidos jefes de la banda.
“Se identifican siete delincuentes, entre ellos sus cabecillas, alias ‘Juancho’ y alias ‘Tovar’, los cuales venían generando temor entre la comunidad especialmente en el norte de la ciudad”, aseguró el oficial.
En tres meses, 22 personas los denunciaron, lo que permitió a la Policía llegar hasta la guarida.
“Se hacen varios allanamientos, especialmente en el barrio San Cristóbal Sur, donde se encuentra el centro de operaciones, se inmovilizan dos vehículos robados y siete armas de fuego”, explicó el oficial.
En la casa, cuenta el director de la Dijín, encontraron el centro de operaciones y un gigantesco armerillo de la organización.
“Tenían un armerillo donde conseguían armas ya usadas, en mal estado, ellos mismos las organizaban y las vendía al mejor postor de cualquier banda”, agregó.
En la vivienda, a los señalados criminales, también les encontraron prendas de uso exclusivo de las Fuerzas Militares que utilizaban para robar e importantes documentos que los vinculan en el alquiler ilegal de una docena de armas a bandas de sicarios en Bogotá, Cundinamarca y Antioquia.