Continúan los ríos de gente en San Victorino: COVID-19 y delincuencia están de plácemes

Pese a presencia de autoridades, la falta de conciencia abunda y las normas de bioseguridad escasean. El ‘cosquilleo’ es la forma más usada para robar a compradores.

Las aglomeraciones en las calles de San Victorino no solo generan riesgo de contagio del COVID-19 sino que además están siendo aprovechadas por los delincuentes que se camuflan para delinquir y robar.

“La modalidad es el cosquilleo, para eso hemos implementado unos planes. Tenemos unos puntos determinados donde ejercemos control; se han capturado varias personas por este delito y puesto a disposición de autoridad competente”, indica el coronel Henry Fernández, comandante operativo número cuatro de la Policía Nacional.

Ciento cincuenta uniformados reforzaron el pie de fuerza en el sector; por WhatsApp, comerciantes y autoridades alertan la presencia de la delincuencia.

La otra realidad que se vive en el área es la gran presencia de vendedores informales en las vías. El riesgo de contagio es total.

Los protocolos de distanciamiento son nulos y la falta de conciencia es el común denominador.

El temor es que estas aglomeraciones terminen en contagios masivos, que finalmente congestionarían hospitales y, en el peor de los casos, colapsarían las UCI de Bogotá, que hoy están ocupadas en más del 50%.

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