Muchos se preguntan hoy en Colombia hasta dónde llegará la Cancillería con el caso de los pasaportes luego de que decidiera no conciliar con la empresa Thomas Greg & Sons ante la Procuraduría General de la Nación.
La defensa de la Cancillería soporta la decisión de no haber conciliado en lo que nadie esperaba: reconocer que la licitación para la elaboración de los pasaportes sí había estado direccionada.
Ese reconocimiento es un mensaje a la empresa que durante 17 años ha hecho los pasaportes en Colombia.
Si la licitación estuvo direccionada, justo como hoy lo dijo Ernesto Matallana, el nuevo abogado del Ministerio de Relaciones Exteriores, hay responsables en la Cancillería y en Thomas Greg & Sons.
Por lo anterior, el canciller Álvaro Leyva se mostró muy seguro de ganar en los estrados judiciales, pues la estrategia de la defensa es evidenciar que la corrupción viene de lado y lado.
Si la estrategia jurídica de la Cancillería funciona, tal vez quienes tienen más que perder en esta historia son los de Thomas Greg & Sons, pues esa compañía no solo tiene ese contrato en Colombia, sino uno más importante, el de las elecciones.