Así se ve, desde el aire, el ahora seco río Magdalena

En la desembocadura del rio Magdalena, por culpa de la sequía, hay más de mil embarcaciones de pasajeros y de carga varadas.

Entre las charcas, lodazales y montículos de arena que quedaron de los brazos de los ríos Magdalena y Cauca en el sector de Pinillos (Bolívar), están abandonadas las embarcaciones que movilizaban pasajeros y carga.

Lo peor es que permanecerán varadas por varios meses, hasta cuando retorne el invierno y los canales recuperen su navegabilidad.

“El río para arriba seco para abajo seco, aproximadamente unos 49 kilómetros de río de brazuelo que todo está seco”, cuenta Carlos Gil, un humilde agricultor de la zona.

Por los efectos perjudiciales de la sequía, en Pinillos fue declarada la emergencia sanitaria, ambiental y económica. Ríos, ciénagas y otros humedales eran proveedores de alimento y recursos económicos.

Lo más preocupante es que, sin agua, en los cauces también escasea la pesca, base alimentaria de la región.

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