John Édison Pino asegura que es un bendecido. Entre la tristeza de ver tanta tragedia y la responsabilidad de hacer su trabajo, este hombre de 30 años sepultó familias enteras de Salgar. Un año después de la avalancha, asegura que tiene ángeles en el cementerio, que lo cuidan todos los días.
“De por si uno siente a toda hora que están al lado de uno. Como uno los trata bien y todo eso, no lo dejan sólo. Se siente la presencia de ellos a toda hora”, dice John Édison.
Fueron días de lágrimas. La memoria de este hombre guarda los momentos más dolorosos para su pueblo, imágenes que nunca se borrarán.
“Al ver ya la multitud de difuntos, ya nos tocó desplazarlos a una manga, en la parte de arriba nos tocó depositarlos a todos, todo esto (cementerio) se convirtió en morgue”, explica John Édison.
Publicidad
De las 77 de las 93 personas que fallecieron el día de la avalancha reposan aquí en el cementerio municipal de salgar, el sepulturero vivó momentos de angustia al tener que enterrar familias enteras, dependencias enteras, en esta la última morada para los muertos en este municipio del suroeste de Antioquia.
“De lo más duro que me pareció a mí fue tener que recibirle la hija a un amigo de brazos y me pareció muy horrible porque en el momento en el que yo la estaba subiendo ella tenía los ojos abiertos y en todo momento me miró hasta que yo le pude cerrar los ojos”, relata.
Publicidad
Un año después, el sepulturero de Salgar, el hombre que enterró 77 víctimas de la avalancha, dice que el mejor homenaje para quienes en su cementerio reposan, es mantener limpias y muy dignas sus tumbas, eso para quienes todos los días aún recuerdan la memoria de las personas a las que la tragedia se les llevó la vida.